De paradojas y utopías 

Cinco años: Un breve balance (I)

Informe Gabino

Raúl NATHÁN PÉREZ

 A Gisela Ramírez, mi solidaridad

1).- De la ilusión al desencanto

No se trata de descalificar ni poner en la picota. No somos jueces ni fiscales. Nobleza obliga reconocer aciertos y errores. Gabino Cué ha tenido ambos en este quinquenio. El inicio forjó un hito en la historia política. Cortó de tajo la hegemonía priista. No era fácil revertir vicios, inercias y corrupción. La alternancia advertía un cambio en el estado de cosas. Pero no. Desde el inicio se develó sacrificio adicional para el pueblo oaxaqueño. Condenado a ver la misma película: “nunca más el uso de la fuerza pública para acallar la protesta social”. Seguiríamos en manos de mentores y grupos facciosos. El bloqueo perpetuo de cada día. La impunidad campante. La voracidad de los falsos redentores sociales alentando la ingobernabilidad. Una más: la insistencia en poner un dique con el pasado. El abominable antiguo régimen y la alternancia como panacea de todos los males. Los derechos humanos como demiurgo, eje rector del universo y de la creación. Una bofetada al Estado de Derecho. Y otra más: la obsesión por echar la cinta atrás. Los culpables de la tragedia oaxaqueña son los otros, “no nosotros”. El bienio 2006-2007 omnipresente, como si fuera efeméride laudatoria. Y los buitres, devenidos en víctimas, merodeando. Prestos a engullirse todo.

2).- Aliados y enemigos

Sin egoísmo ni falso chauvinismo, partimos siempre de una premisa: si le va bien al gobierno de Gabino Cué, le va bien a Oaxaca. No obstante, hay que admitir que todo cambió para seguir igual. Ni el discurso autoritario ni el populismo acartonado nos han sacado del rezago, del abandono, del círculo vicioso de la miseria y la anarquía. Estamos anclados en el atraso, la pobreza, la marginación. Es cierto, no todo es imputable al ejecutivo. Sería absurdo atribuirle la responsabilidad plena. Todos somos corresponsables. Pero hay un factor, en el que siempre insistimos y el tiempo nos concedió algo de razón. La negativa tácita a aplicar la ley sigue generando ingobernabilidad y serios descalabros. Oaxaca ha devenido una sociedad acotada, secuestrada y alienada por turbas, ante un régimen incapaz de ejercer la política de fuerza. El reciente affaire Tehuantepec, es un ejemplo. ¿Cuál era antes del 21 de julio el quid de esa parálisis? La S-22 fue eje del triunfo de la coalición que lo llevó al poder. Pero para la Federación eso era complicidad. Se atribuyó al gobierno de Cué la parafernalia de bloqueos y actos temerarios en el DF, justo cuando EPN echaba las campanas al vuelo con la Reforma Educativa. Hoy somos la única entidad sin Ley Estatal de Educación. Ahí sigue enlatada, paralizada, en franca rebeldía a la resolución de la SCJN. Por eso la Federación nos ha puesto el dedo. Somos la paja en el ojo. La piedra en el zapato. Sólo recientemente se levantó parcialmente el castigo. Pero “el preciso” sigue sin venir a Oaxaca, salvo a hurtadillas como fue a Salina Cruz.

3).- Los garfios de la inmovilidad

Existe en el imaginario colectivo una tesis: Cué no ha ejercido en plenitud el poder que le otorgó el voto popular. El hilo sutil de los compromisos políticos, gratitud con sus guías morales y amigos cercanos, devino soga. “La culpa querido Bruto –decía W. Shakespeare en Julio César- no está en nuestras estrellas, sino en nosotros, que no somos más que esclavos”. El pago de favores no ha tenido parangón. El peor garfio ha sido con aquellos expulsados del paraíso presupuestal en el anterior régimen. La voracidad de los dirigentes sociales, cuya membresía ha crecido de manera exponencial, es directamente proporcional a su desprestigio. Esas lacras han sido insaciables. No representan, por supuesto, nada de la incipiente o nula política social. En ésta como en la obra pública, los negativos superan cualquier esbozo para revertir la pobreza. Pregunta: ¿cuáles programas sociales? Que se sepa ninguno. Ni siquiera las cocinas comunitarias. Tal parece que nuestro sino es la jodidez y nuestras esperanzas, la isla imaginaria de Thomas More: una utopía. (Continuará)

 

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Luego de las atrocidades cometidas por terroristas del Estado Islámico, el presidente de Francia, Francois Hollande, solicitó imponer un estado de excepción. ¿Por qué no enviamos allá a toda esa fauna de organizaciones de derechos humanos que aquí merodean, señalando y enjuiciando; descalificando y acusando, a defender a los fanáticos religiosos de los excesos del Estado galo? ¡A ver cómo les va!

 

Leave a Comment