De paradojas y utopías 

Narco, CIIT y ediles mañosos

“Existen dos clases de riquezas:
Las que cuentan el dinero y las que lo pesan”.
R. Saviano, Cero, cero, cero, p. 269)

1).- Una obligada introducción

La inseguridad, de la mano del narco y la impunidad, han podrido a México. Han permeado todo. Política y narco son ya un binomio indisoluble. Ediles, jefes policiales, corporaciones, “o le entran o le entran”. Oaxaca no se ha apartado de ese esquema. Muchas ciudades se han convertido en verdaderos campos de guerra. En todo el país el código de conducta de la gente es sólo uno: la violencia. Comunidades de la Montaña de Guerrero, Caborca, León, Celaya, Fresnillo, Juchitán de Zaragoza, Matías Romero y muchas más.

“Quien ignora a México -dice Roberto Saviano- no entenderá nunca el destino de las democracias transfiguradas por los flujos del narcotráfico… porque quien hace mover la droga, rediseña el mundo”. (Cero, cero, cero. O cómo la cocaína gobierna el mundo, Anagrama, Barcelona, 2014, pp. 57-267). Ciertamente, el gobernador Alejandro Murat no descubrió el hilo negro al señalar a ciertos ediles de estar en las redes del narco. Habría que preguntarse: ¿cuántos llegaron al cargo, por el flujo de efectivo para su campaña, para comprar candidaturas o crear un clima de terror o amenazas en sus municipios?

2).- El CIIT en el radar

El ferrocarril fue en México, desde fines del Siglo XIX, emblema de progreso. En 1899, el general Porfirio Díaz “concesionó a su amigo Pearson, la construcción del Ferrocarril del Sur que vincularía a los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz”. (Enrique Krauze/Fausto Zerón Medina, Porfirio en Oaxaca, Seis tomos, Clío, México, 1993, p. 52). Casi justo cuando el general encomendó a su Secretario de Hacienda, José Yves Limantour, la Ley de Ferrocarriles, tendiente a “mexicanizar” el sistema ferroviario y que el Estado tuviera el control del mismo.

Esto se logró en 1907, incluyendo el Ferrocarril Interoceánico. (Paul Garner, Porfirio Díaz, Planeta, México, 2010, p. 198). Nada nuevo pues, el proyecto presidencial del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). Y es sólo el tránsito de mercancías en trenes, como el bananero –como le llama Paco Calderón- que descarriló hace días, gracias a un pésimo trabajo.

3).- El viejo anhelo

El gran proyecto, el fracaso de otros regímenes, una decena de nombres: Puente Multimodal Transístmico, Plan Alfa-Omega, parte del Plan Puebla-Panamá, Iniciativa Mérida, Corredor Interoceánico, et allium. Un viejo anhelo; un sueño, hoy en el radar de los grupos criminales. Tanto Peniley Ramírez en Reforma como Raymundo Riva Palacio, en El Financiero, han dado pelos y señales. El segundo, con un enfoque más bien electoral. Hay incluso un informe del área gubernamental responsable del proyecto. Ya el presidente López Obrador se refirió al tema. Y mencionó a sindicatos mafiosos.

La dimensión del mismo y su alcance en una de las regiones geopolíticas claves del mundo, no ha pasado desapercibido para los capos de la droga. En el horizonte, el mercado del fentanilo con países asiáticos. O de la cocaína con Centro y Sudamérica. En 2008, se aseguró en Salina Cruz, un submarino hechizo proveniente de Colombia. En una nave de 10 metros de eslora iban 6 toneladas de coca. Un litoral, pues, bastante poroso. Pero se han asegurado más.

4).- Todos al “entre”

Si el país se ha podrido, el Istmo lo está más. El mapa criminal en dicha región es brutal. La lucha por la plaza es sangrienta. “El odio en el narco -decía don Julio Scherer- no indaga. Siempre tiene prisa”. (La reina del Pacífico, Grijalbo, México, 2008, p. 83). Esta cruenta guerra no es algo nuevo. Desde hace décadas, hay varias vetas que se han explotado: tráfico humano, trasiego de droga, extorsión, etc. Por mar o por tierra. Por el Pacífico o por el Golfo. Y también está en el eje del jaloneo político en Morena.

Y es evidente que los flujos seguirán llegando para la constitución de empresas, en apariencia legales y hasta tomadas como inversiones para blanquear dinero del narco. “Y vale pagar impuestos para legitimar sus capitales de origen sucio” -dice Eduardo Buscaglia-. (Lavado de dinero y corrupción política, Debate, México, 2016, p. 50). Esto lo sabe el gobierno federal. Ahí los ediles istmeños, sin generalizar, serían sólo los presuntos peones de los grandes capos.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— ¡Vaya enredo el que se traen en la sucesión de la UABJO!. Por un lado, el gobierno queriendo meter la mano. Por otro, los sempiternos caciques y jefes de tribu, empecinados en no perder su minita de oro. Y por último los porros, como Julio Mora, a quien le acaban de dar palo en la JLCyA, que insisten en el abominable chantaje y el bloqueo. Consulte nuestra página: www.oaxpress.info y www.facebook.com/oaxpress.oficial Twitter: @nathanoax

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