Opinión 

El comentario de hoy, martes 6 de junio 2023

El 31 de mayo de 2002, cuando regresaban de laborar en un aserradero en San Pedro El Alto, 26 vecinos de la agencia municipal de Santiago Xochiltepec, fueron masacrados. Esto ocurrió en el paraje denominado “Agua Fría”, perteneciente al municipio de Santiago Textitlán. Según informes y fuentes consultadas, desde mucho antes, la relación entre el municipio y su agencia, eran de fricción. Las fotografías de los cadáveres desmembrados, cosidos a balazos, dieron la vuelta al mundo.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos publicó un informe especial. Pero, según el documento: “Genocidio en Agua Fría”, que publicó en julio de 2002, el Frente Civil de la Sierra Sur, la violencia era patente en la zona desde el 7 de marzo de este mismo año, y se dio cuando comuneros de la ranchería de Las Huertas, municipio de Santo Domingo Teojomulco, asistieron a localizar un punto limítrofe entre Santiago Textitlán, Santa María Zaniza, Santiago Xochiltepec y Teojomulco. Desconocidos desataron una balacera con el saldo de un muerto y dos heridos.

El gobierno estatal señaló como responsables de la masacre de los 26 a vecinos de “Las Huertas” y procedió, el primero de junio de 2002, a la detención de 17 personas, entre ellas, una mujer de 69 años y 4 menores de edad. Varias hipótesis se manejaron de manera oficial sobre las causas de este crimen colectivo, que hasta hoy ha quedado en la impunidad. Una de ellas fue el narcotráfico, otra, la explotación forestal y, la tercera, conflictos por límites territoriales.

Se trata de una de las zonas en donde los problemas agrarios han dejado centenas de muertos. Sólo hay que recordar que el primero de diciembre de 1998, justo cuando el ex gobernador José Murat tomaba posesión, un enfrentamiento entre Santo Domingo Teojomulco y San Lorenzo Texmelucan, dejó al menos 14 muertos. Y hasta la fecha hay aún problemas agrarios que no han tenido solución, como el que enfrenta San Mateo Yucutindoo y Santiago Amoltepec, y municipios como Zaniza u otros ya citados.

Una de las vertientes que mucho se ignora es que la zona tiene una gran riqueza de minerales metálicos y no metálicos. Investigaciones recientes ubican a Zaniza, con reservas de hierro de más de 9 millones de toneladas. Ahí hay concesiones vigentes desde fines del Siglo XIX. En Textitlán se estiman en más de 8.5 millones de toneladas, en tanto que en Tejomulco hay reservas probadas de oro, plata, antimonio, titanio y manganeso. Y existen antiguas concesiones mineras. Sin embargo, a lo que vamos es a lo siguiente: el gobierno del estado, a través de la Secretaría de Gobierno, debe tratar con sumo cuidado las advertencias sobre violencia agraria en esta zona. No debe permitirse que corra más sangre. A lo largo de los últimos 80 años, sólo en el conflicto entre Teojomulco y Texmelucan, han perdido la vida más de 100 personas. Aparte del que sostiene con Textitlán. (JPA)

Leave a Comment