Opinión Portada 

El comentario de hoy, martes 14 de mayo 2024

En esta parafernalia electoral, los oaxaqueños hemos vivido escenarios inéditos, que sólo han generado incertidumbre, confusión y desconfianza. Uno de ellos es, justamente, lo que ocurrió en el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana –IEEPCO-, en donde tal parece que el objetivo de poner a la presidenta del Consejo General, Elizabeth Sánchez González, fuera del árbitro electoral, topó con pared, poniendo en evidencia, la torpeza, ignorancia o sumisión de algunos órganos jurisdiccionales locales.

En efecto, el pasado 8 de mayo, por unanimidad, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, máximo órgano jurisdiccional en la materia, ordenó su inmediata reinstalación. El único organismo facultado para remover o destituir a dicha funcionaria, es el Instituto Nacional Electoral –INE-. La resolución es inapelable. Habrá que esperar cuál será la nueva arremetida del Tribunal de Justicia Administrativa y Combate a la Corrupción, para insistir en sanciones que, sabe de antemano, no son de su competencia.

Otro tema, que ha escalado ya al espectro mediático nacional, es el controvertido asunto de las acciones afirmativas. La simulación, la falsedad y el oportunismo, han sido los ejes para que candidatos y candidatas de los diversos partidos, se hayan colgado para sí atributos de personas con discapacidad, de la comunidad indígena, afro-mexicana o lésbico-gay, para poder treparse en cargos de elección popular.

No puede soslayarse, la confusión que ha generado entre la ciudadanía, la controvertida alianza -¿o confrontación?- entre el Partido del Trabajo y el Movimiento de Regeneración Nacional –Morena-, dados los constantes ataques verbales de parte de actores del primero, en contra de candidatos del partido en el poder. Sin embargo, en algunos distritos van aliados; en otros no. Además de las deslucidas campañas de proselitismo que han desplegado unos y otros.

A escasas dos semanas de la jornada electoral del 2 de junio, parecen prevalecer los rumores, los trascendidos y la excesiva confianza de ciertos partidos que, con la idea de que en la boleta volverá a figurar el presidente López Obrador, ya ganaron. Obvio. No es así. El primer mandatario está más atareado en arremeter a diario contra sus enemigos reales o imaginarios, que poco repara en candidatos y candidatas de bajo perfil que buscan treparse o reelegirse.

Como Espada de Damocles, sigue pendiendo sobre la ciudadanía, el síndrome de la inseguridad que continúa permeando en el país. Este entorno electoral, como ya hemos dicho, más en otras entidades que en territorio oaxaqueño, está salpicado de sangre. Pero ya lo dijo AMLO en el pódium mañanero, una frase que revela la ominosa insensatez sobre este tema: “no hay más violencia; hay más homicidios”. (JPA)

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