De paradojas y utopías 

AMLO y el Síndrome de Hybris

1).- Asunto de Estado

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un cuadro de salud endeble. Aunque hoy, fuera de peligro. Oficialmente se dijo que contagiado de Covid-19 por tercera vez. Sin embargo, pese a las evidencias, sus corifeos y lacayos, Jesús Ramírez Cuevas o Adán Augusto López trataron de alterar la realidad. Fue Guacamaya Leaks quien reveló hace meses sus males. Hipertiroidismo, gota, angina de pecho. Infarto e hipertensión, le agregó Jorge Alcocer, Secretario de Salud. En enero de 2022, fue sometido a un cateterismo. El domingo 23 de abril tuvo un desvanecimiento durante una gira por Mérida. “Una especie de váguido”. Así lo reveló inicialmente “El diario de Yucatán”, espectador de primera fila. Y lo reconoció el mismo mandatario.

AMLO es presidente de México por la voluntad mayoritaria de la ciudadanía y líder de un movimiento, pero no es inmortal. Como antecedente, tuvo una semana previa de reveses, corajes y exabruptos. Así fuera de hierro se dobla. ¿A qué pues el secretismo y el “sospechosismo”? Su salud no es un asunto menor. Es tema de seguridad nacional y preocupación ciudadana.

2).- El Síndrome de Hybris

Hybris es un término griego, que se refiere a un personaje poderoso, hinchado de desmesurado orgullo y confianza en sí mismo, que trata a los demás con insolencia y desprecio. Eso lo lleva a interpretar equivocadamente la realidad que lo rodea, incluyendo su salud. Rechaza advertencias y consejos. Se asume inmortal y de ser responsable no ante un tribunal terrenal o la opinión pública, sino ante algo más alto: la Historia o Dios. Al final encuentra su némesis, que lo destruye. (David Owen, En el poder y en la enfermedad, El Ojo del Tiempo, Siruela, Madrid, 2011, pp. 26-28). Una de las características de la Hybris es: “una forma mesiánica de hablar de lo que está haciendo y una tendencia a la exaltación de sí mismo”. (Ibid). ¿Alguna semejanza con la realidad vista en cinco años?

3).- El boomerang al secretismo

El peor enemigo del presidente pues, es él mismo y lo está cerca de él: su círculo íntimo. AMLO no está ni más acá ni más allá del bien y del mal. Es humano. Proclive como cualquiera a padecer enfermedades o males crónico degenerativos. Ni héroe mitólógico ni Mesías, aunque se asuma como tal. Pero su salud, como lo han dicho algunos, es un asunto de Estado; de seguridad nacional. Es presidente de los mexicanos. El affaire de Mérida y la opacidad en la información desató los rumores más descabellados. Incluso ironía de sus malquerientes. Deseos insanos. Pronósticos catastróficos. Todo, gracias a la negación de los hechos de quienes, se presume, informan de cada uno de los pasos que da el presidente y de su agenda. Y del reiterado discurso de que son los adversarios quienes le desean mal, como insistió el Drácula del Palacio de Covián.

4).- Salud y sucesión

El flujo de la información en tiempo real, es el reverso de la moneda de los fatalistas y simuladores, como Cuevas o Adán Augusto. Hubo quienes siguieron en una aplicación la trayectoria de la aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana que trasladó a López Obrador de Mérida a la CDMX. E interpretaron entre líneas el controvertido tuit: “amigos y amigas” o “mi corazón está al 100”. Quienes deben estar bajo supervisión médica deben ser “las corcholatas”. Ansiedad y depresión; ensimismamiento y alteración. Más, si las trascendidas reuniones de gabinete y de gobernadores, han tenido un perfil de opacidad.

La historia puede cambiar en un minuto. El hilo se rompe por lo más delgado. Morena no sería tal sin AMLO. Aquí no es de instituciones sino de liderazgos. De figuras emblemáticas. Y hasta mesiánicas. Como el padre enfermo que cambia el testamento o las dolencias que transforman los patrones establecidos. Lo cierto es que la crisis, ya reconoció el mismo AMLO, fue superada, pero, ¿qué tanto su vulnerabilidad le puede permitir continuar con el tren de vida de las mañaneras, de las giras o seguir desafiando a los Estados Unidos y a su gobierno? ¿O continuar con el discurso de odio y arremetiendo contra los órganos autónomos, con chiflidos y arengas a sus palafreneros, en la porqueriza de Ignacio Mier o en el cochinero de Xicoténcatl?

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— En el affaire del CIRRSU, tal parece que a los operadores del gobernador Salomón Jara y del titular de la Secretaría de Gobierno, Jesús Romero se le fueron materialmente las patas. ¿Cómo emprender un proyecto tan importante, sólo pactando en lo oscurito con una comunidad –San Lorenzo Albarradas-, sin haber informado al resto de comunidades y socializando el proyecto? Ahora se quiere hacer. Cuando la inconformidad parece transformarse en una bola de nieve. Consulte nuestra página: www.oaxpress.info y www.facebook.com/oaxpress.oficial Twitter: @nathanoax

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