De paradojas y utopías 

¿Pasión, vocación u obsesión?

1).- La lección de la historia

Llegar a encabezar el gobierno de Oaxaca ha despertado siempre bajas pasiones. Desde las candidaturas, que son una rebatiña de Santo y Señor Mío, hasta el resultado electoral. Se asume llegar a un feudo; al poder plenipotenciario de otorgar, dar, concesionar. Pero, quien gobierna llega atado de manos. Compromisos, gravitaciones, pago de favores, facturas de campaña y un catálogo de “encargos”. Y hasta clanes familiares que se insertan de lleno cual si fuera una monarquía. A veces abiertamente, como lo hemos visto hoy, o con una relativa “sana distancia” como en el pasado. Pero, todos, todos, se asumen invitados ex officio al banquete del poder. Alguien dijo que para llegar al mismo la falta de sinceridad es indispensable. Aunque ya es común pasar de la luz del triunfo electoral a la opacidad de la gobernabilidad.

2).- ¿Vocación de servicio?

Como observadores de la Realpolitik oaxaqueña desde hace al menos tres décadas, podemos afirmar sin equívocos, la decadencia del oficio político. El ascenso de unos; el ocaso de otros. Las mutaciones en los entretelones del poder. Traiciones, deslealtades, ambiciones desatadas, golpes bajos, servilismo, tránsfugas, trapecismo, etc. Y quienes participamos en los medios, nos entrampamos a veces, en una retahíla de trascendidos y rumores. La obsesión de los cargos públicos o de las candidaturas de elección popular. Un futurismo atolondrado, cuando ni siquiera han asumido el poder. ¿Vocación de servicio? Vil demagogia. Decía Gabriel García Márquez que, “en la larga historia de la humanidad se ha demostrado que la vocación es hija ilegítima de la necesidad”. (El general en su laberinto, Diana, México, 2010, p. 149).

3).- Cambiar para seguir igual

Discursos, promesas y compromisos. Campañas y campañas. Ahí los candidatos se venden como si fueran detergentes biodegradables o remedio para las agruras. Y ofrecen lo que jamás cumplen. “De todos los sueños del mundo –decía el imprescindible M. de Montaigne- el más aceptado y universal es el cuidado de la reputación y la gloria”. (Ensayos (II), Cátedra, Madrid, 2019, p. 319). “Porque ésta no deja de tentar ni siquiera a las almas que progresan”, le hizo eco San Agustín (Ciudad de Dios, V, 14). Sin embargo, la transición se vuelve algo monótono y cíclico. Hoy las campanas al vuelo y los maitines se desatan para anunciar el arribo de Salomón Jara. Y el silencio o el denuesto para el que se va. “No tengo amigos –decía el General Sucre en el ocaso de su misión libertadora- si acaso me quedan algunos, ha de ser por muy poco tiempo”. (Ibídem). La película se repetirá en seis años.

4).- Una realidad aparte

Oaxaca puede ser una veta de oro, pero en realidad es una perpetua comisaría. El funcionario sólo atiende una oficialía de partes. Quejas denuncias, exigencias y chantaje. Una entidad perpetuamente convulsionada. Cualquier buen propósito se estampa con la voracidad y mendacidad de organizaciones sociales y sindicatos; maestros, grupos de presión y dirigentes sin escrúpulos. Alejandro Murat le apostó al diálogo y más diálogo. Su inmovilidad la justificó en dos síndromes: el del 2006 y el affaire Nochixtlán, del 19 de junio de 2016. Dejó hacer, dejó pasar. Los motores de la ingobernabilidad y atentados a la paz social, fueron sencillamente intocables. ¿Qué hará Jara y su grupo para paliar la voracidad de sus ex colegas de la “lucha social”? ¿Habrá un cambio de fondo o seguiremos igual?

5).- ¿El remedo de la 4T?

Perdón por mi pesimismo, pero de seguir los burdos esquemas del gobierno de López Obrador, Oaxaca no saldrá del marasmo. Ni las cuotas ni los cuates de Gabino Cué, ni los yupies y yopes de Murat nos sacaron de la jodidez. ¿Un cambio de partido será la panacea para curar todos nuestros males de atraso, el rezago y el saqueo? Hay una duda razonable. El sistema de partidos en México es uno y el mismo. Nada cambiará con la cacareada reforma constitucional. No hay más que darles pues, a quienes se estrenan en diciembre el beneficio de la duda. O como dijera E.M. Cioran: “Hasta entonces no tendremos más remedio que soportar en los retornos del alma el soplo sofocante de la fe”. (Breviario de los vencidos, Tusquets, México, 2010, p. 38)

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— La Hemeroteca Pública cumplió sus primeros 50 años de vida. Y la  Fundación “Amigos de la Hemeroteca” la celebró de una forma sui géneris: la presentación de la obra de Marc Rodríguez: “Ser mexicano y participar en la Guerra Civil Española (1936-1939)”, en homenaje al fundador de dicho acervo, don Néstor Sánchez Hernández. La obra es editada por Carteles Editores, al cuidado del editor Claudio Sánchez Islas, en coedición con L´Institute des Hautes Études de l´Amerique Latine, de la Sorbonne Nouvelle. Una obra interesante; un ensayo histórico que hay que leer. Esperamos que ese acervo hemerográfico que ha sobrevivido por medio siglo, no sea rehén de los vientos sexenales.  

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