De paradojas y utopías 

La sucesión: Un nudo gordiano

Raúl NATHÁN PÉREZ

1).- Un poco de historia

En 1998, Diódoro Carrasco, gobernador priista, tenía clara la película en torno a la sucesión. El bueno era José Antonio Estefan Garfias. En el horizonte no se advertían nubarrones. Éstos aparecieron cuando José Murat, a la sazón senador, levantó la mano. Estaba candente el affaire Zacatecas: Ricardo Monreal había abjurado del PRI y se lanzó por la oposición a la gubernatura. La cúpula tricolor decidió por Murat. DCA tuvo que hacer de tripas corazón. El de Ixtepec había de desatar una cacería en contra de todo lo que oliera a Diódoro. Pero éste llegó a la Subsecretaría de Gobernación. Luego fue titular. Y cientos de oaxaqueños arribaron, en una suerte de diáspora voluntaria. SEGOB fue, parafraseando a J. L. Borges: “Oaxaca en el exilio”. Hábil y rudo, el nuevo huésped del palacio de gobierno estableció una suerte de poder omnímodo. Nada se movía sin su venia. Cuando los tiempos de ahuecar el ala llegaron, JMC aceleró a varios de sus leales. Les guiñaba el ojo; les daba cuerda. Algunos enloquecieron. Pero ya tenía un as bajo la manga: Ulises Ruiz, cercanísimo a Roberto Madrazo, a la sazón virtual candidato a la presidencia. En 2004, en una elección apretada, llegó el de Chalcatongo, cargado de enemigos del pasado.

2).- La transición y la derrota

Poco tardó Ulises Ruiz en marcar distancia con su antecesor. Ratificó a tres íconos del ancien régime: Juan Díaz, fue nombrado titular de Salud; Aurora López Acevedo, fue ratificada en SETRAN y Froylán Cruz Toledo en el IEEPO. Pero sólo once meses estuvieron en el cargo. A fines de octubre de 2005 los relevó. Fue el primer revés al muratismo. Pero URO abrió un frente más. Con su operador estrella, Jorge Franco, ya en la Secretaría General, cerró la llave del presupuesto a cientos de dirigentes de organizaciones y parásitos de la dádiva oficial. Aquéllos y éstos se juntarían en el 2006 para buscar deponer a “El Tirano de Antequera”. Pero éste sobrevivió. Con su humor cáustico tomó con ironía hasta la aplastante andanada mediática –única en su género- que estuvo a punto de hacerlo renunciar. Su permanencia fue la peor derrota para sus enemigos, como fue para URO perder nueve distritos federales y las dos senadurías, en el proceso federal del 2006. Ganó dos: Teotitlán, con Patricia Villanueva y Juchitán, con Jorge Toledo. De aquel “Oaxaca territorio PRI” sólo quedó el slogan. Triunfó AMLO y Gabino Cué obtuvo el escaño en el Senado. Cuando hubo que encaminar la sucesión, Ruiz abrió el abanico: Martín Vásquez, Adolfo Toledo y otros se apuntaron. Pero pudo más la complicidad que el ascendiente político. Optó por Eviel Pérez Magaña, ex presidente municipal de Tuxtepec, ex diputado federal, funcionario público y cercano a los afectos de URO. El escualo se despachó a todos. El triunfalismo permeó en la clase política priista. Los viejos moldes y la soberbia se estamparon con la pérdida de la gubernatura y la mayoría en el Congreso.

3).- La última y nos vamos

Gerardo-Gutierrez-CandianiLa premisa del arribo del gobierno de la alternancia fue la espectacular derrota del PRI y su candidato, Pérez Magaña, en 2010. Al día siguiente, éste reconoció el triunfo demoledor de Gabino Cué. Congruencia y madurez, sin duda. Hoy el tuxtepecano quiere repetir, aún con sus bonos devaluados. También perdió la senaduría en 2012. El escaño que tiene es de primera minoría. Es el tercero de dos que también están en primera fila: Alejandro Murat y Héctor Pablo Ramírez Puga. Pero están al menos tres más que aspiran, aunque no han levantado la cabeza. Aunque el tiempo apremia no hay una definición clara. Sólo pronósticos y conjeturas. En los corrillos políticos aventaja el primero. Otro prospecto, Benjamín Robles, el ex hombre fuerte de Gabino Cué, también senador, ha Eufrosina-Cruz-Mendozaabierto varios frentes y está entrampado. Ni el PRD ni MORENA, menos el MC –en donde manda José Soto, compadre de Murat- lo quieren. AMLO ya destapó a su incondicional Salomón Jara, pero todo mundo y él mismo sabe “que no le alcanza”. Las opiniones en la izquierda se inclinan por José Estefan Garfias. Puede concitar el apoyo del PAN. Hace días se auto-destapó Gerardo Gutiérrez Candiani, sin mayor ascendiente que en el sector empresarial y la “vallistocracia”. ¿Qué partido lo arropará? Es un acertijo. Haciendo round de sombra –y no precisamente con sus constructoras- Eufrosina Cruz, que aún sueña con el PAN. Sin ánimo discriminatorio, pero todo mundo se pregunta: ¿con qué méritos?

 

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Por escándalos no paramos en Oaxaca. Ahora hasta el chiapaneco Ainsberto Arafat Nájera Pérez, resultó instructor de infiltrados. Quien lo conoce afirma que arrastra un protagonismo enfermizo, del que recuerdan cuestodios e internos del Consejo Tutelar de Menores, en donde fue director.

Twitter: @nathanoax