Politica de suma cero 

Villacaña: Los buenos oficios

inaguraciónes en donají

El arribo de JAVIER VILLACAÑA al gobierno de la ciudad, no estuvo exento de sobresaltos. Ganó con un pequeño margen. Su opositor más cercano, FRANCISCO REYES CERVANTES, estuvo a punto de hacer naufragar el proyecto del PRI de recuperar la capital y escribir el segundo capítulo de la administración de LUIS UGARTECHEA BEGUÉ, a quien sólo la cordura de su sucesor salvó de serias implicaciones legales. El PAN fracasó en su propósito de cuajar el gobierno de la ciudad. El único bastión que le quedaba de sus tiempos de triunfalismo, para quedar refundido en los últimos lugares de las preferencias electorales, como ocurrió el pasado siete de junio.

VILLACAÑA JIMÉNEZ llegó a la presidencia municipal con una experiencia probada en el quehacer político, desde cargos de elección popular: diputado federal y diputado local, hasta responsabilidades en la administración pública federal y estatal. Al frente de organismos civiles –que obviamente dejó de operar, al hacerse cargo del gobierno municipal- como la Asociación Comunitaria de Oaxaca (ACO), trabajó intensamente en agencias municipales, colonias populares y asentamientos de pobreza extrema. Antes de arribar a la responsabilidad que hoy desempeña, conocía como pocos en el PRI, los recovecos de la problemática municipal, los mismos que ha enfrentado de manera con madurez y oficio

En la opinión generalizada de la ciudadanía capitalina, el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, JAVIER VILLACAÑA, tiene oficio. Ayer presentó su II Informe de actividades. Podemos mencionar al menos tres obras que le han valido el reconocimiento ciudadano. La primera es el embellecimiento de la capital, que sacó tanto al Centro Histórico como a algunas populosas colonias, del abandono ancestral en que se encontraban. Iluminación, áreas verdes, pasos peatonales y arreglo de calles, parques, avenidas y otros, han estado dentro de sus prioridades. A poco de hacerse cargo del gobierno, la imagen citadina cambió de manera radical. Los mercados “20 de noviembre” y “Democracia”, -conocido como La Merced-, entre otros, lucen hoy como espacios dignos, decorosos y confortables, luego de una millonaria inversión, sin soslayar los pasos peatonales en las calles de García Vigil y Macedonio Alcalá, que le agregan un plus al entorno colonial de la capital. Le ha apostado tanto al turismo como al diálogo; a la política del buen gobierno tomando al toro por los cuernos y a la eficacia en la administración municipal. Aunque su postura ha sido discreta, se le mencionó como uno de los prospectos con mayores méritos para la candidatura al gobierno oaxaqueño. (JPA)

 

 

 

Leave a Comment