Tribulaciones y rumores
Raúl NATHÁN PÉREZ
1).- Los gajes de la alternancia
El gobierno de la alternancia inició ya la recta final. Sin duda alguna fue una experiencia novedosa, aunque tal vez poco grata para el ciudadano. Pero también para el gobernante. Amarrado de manos; sujetado por garfios de compromisos y pago de facturas, teniendo en su régimen aún a algunos de esos rescoldos perniciosos. Cada partido pidió su tajada del pastel. Unos más, como el PRD; otros, como pidiendo limosna, como el PAN. El balance del desempeño de unos y otros da pena ajena. Pero hay unos que llegaron al cargo y fueron vivos para el billete. No es fortuito que los sabuesos del Secretario de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, Manuel de Jesús López, le anden pisando los talones a Netzahualcóyotl Salvatierra, ex titular de SINFRA; a Germán Tenorio, ex Secretario de Salud y al ex director de CAO, José Luis Pinacho Gómez.
¿Cómo está eso de que Netza otorgó más mil obras sin licitación, es decir, fuera de norma? Obvio: sabía que eso no era fraude. Es bote. ¿Y los aberrantes excesos en la SS? Es tiempo de limpiar la casa; de ir preparando los tiliches; de llamar a cuentas a los que llegaron sólo para llenar las alforjas y no para cumplir con las expectativas ciudadanas. Cué padecerá lo que todos, el fin de sexenio: la soledad del poder. La esperanza inútil de que pudo hacer más. ¿Amigos?, decía G. García Márquez en “El general en su laberinto”: –“Si acaso me queda alguno”. Nada más castrante que el periplo del cierre; del fin de ciclo.
2).- Los enredos de nuestra clase política
Termina 2015 y nadie habla de otra cosa más que de la sucesión. Los sesudos análisis de politólogos, analistas y periodistas se estampan con una realidad ineluctable: Oaxaca es otro pedo. Es un mundo aparte. Un enredo, justamente como el quesillo. Aquí hay quienes hacen carrera política y a la vez, su doctorado en mañas. Otros son verdaderos artistas del trapecio –como en el cuento de Franz Kafka-. Se trepan y no se quieren bajar. No “hacen tierra” pues. La pasión política rebasa cualquier expectativa. Desde los viejos carcamanes que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor –pero se empecinan en seguir pegados a la ubre- hasta los novatos, forjados en el Facebook, “el whats” o en horno de microondas. Apenas empiezan a caminar y ya quieren correr. Son amateurs con coartada profesional.
Van y vienen cual flatulencia en bacinica. Ya pegados con uno; ya acoplados con otro. Sueñan, elucubran, pronostican, como verdaderos adivinos. Se asumen despachar en un mullido sillón desde donde ven a sus coterráneos con el rabillo del ojo. Como haciéndole un favor a los jodidos. La política de la segregación en donde sólo caben las élites y los cacicazgos; los compadrazgos y los clanes. No estar en esa condición es para muchos –sobre todo jóvenes- algo traumático, el sentimiento de “no pertenencia”. “El poder humano –dice Sándor Marai- siempre conlleva un ligero desprecio, apenas perceptible, hacia aquellos a quienes dominamos”. (El último encuentro, Salamandra, Barcelona, 2011, p. 58).
2).- Oaxaca: la historia cíclica
Vivimos pues una locura sucesoria. Un festín de encuestas, encuentros, discursos, publicidad. El clima político es asfixiante, sofocante. Samuel Gurrión en reunión subrepticia con AMLO; Benjamín Robles de la manita con el PAN. En efecto, en política no existe la ética, ni la convicción. “La moral es un árbol que da moras”, decía aquel cacique tamaulipeco. El PRI en la indefinición. Dos en lucha sin cuartel: Alejandro Murat y Eviel Pérez Magaña y la tercera vía: Alfonso Gómez Sandoval. En el PRD aún en la indefinición. Los aspirantes, los normalistas y las ejecuciones en La Cuenca, el Istmo y Miahuatlán, cubren las páginas de los diarios. Nuestra tragedia cotidiana: la división y el encono; el odio y el rumor doloso. Tiene razón G. Steiner: “Aquello en lo que nacemos –los privilegios, la suerte o la desgracia- es a la vez herencia y entorno”. (Pasión intacta, Siruela/Norma, Colombia, 1997, p. 284). La retórica política y la caprichosa mendicidad del marketing, hacen que a menudo estemos empapados de una jerga vacía. La ligereza vuelve público lo que es privado. Vivimos una cultura que es Edén del chismorreo. La política ha perdido altura. Ha devenido un simple y puro ajuste de cuentas. Lo grave es que de una y otra forma, todos estamos inmersos en este cenagal de concupiscencias.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— Deseo a todos nuestros amigos y lectores, una Feliz Navidad y un próspero 2016. Agradecido con las atenciones de algunos y también con quienes no las tuvieron.
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