S-22: Demagogia y oportunismo
RAÚL NATHÁN PÉREZ
1).- El tiempo y la razón
En torno a la reunión entre el gobernador Alejandro Murat y la Comisión Política del Cártel-22, hace unos días –y la reciente, del pasado viernes- el tiempo nos ha concedido la razón y ratifica nuestro escepticismo. Ha sido tema recurrente en esta columna. Al menos durante los últimos 15 años. Veamos antecedentes. Aunque asemeja ser uno, el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO), es una cacofonía de voces. Grupos y corrientes; facciones y cofradías. Hay de todo, desde radicales hasta charros; doctrinarios, fundamentalistas, anarcos e idealistas trasnochados. Pero confluyen en una idea: que nadie ponga en tela de juicio sus plazas y su nivel de confort; sus prebendas y su soterrada movilización. Seguir medrando del presupuesto destinado a la educación es su sino. Es ingenuo pensar que haberles otorgado el oro y el moro terminará la protesta. No. Está demostrado que la S-22/CNTE no cumple acuerdos. Todo se remite a un asambleísmo acartonado. En la medida en que no se aplique la ley y la Reforma Educativa siga como una simple ficción, seguiremos igual. Las demandas seguirán siendo las mismas: más salario, más concesiones, menos responsabilidades. Además: chantaje, atropellos a los derechos civiles y rezago educativo.
No tardó en reventar el hilo y que se cuestionaran los acuerdos. No se ha entendido que la S-22 es un cártel cuasi delictivo. No es un gremio común. Su docencia es el terrorismo del bloqueo, el chantaje y la intimidación. Ceder por el simple hecho de paliar su eterna protesta es condenarse a seguirla viviendo. No es que en Oaxaca la Reforma Educativa no haya mostrado su “rostro humano”. La realidad es que aquí dicha Reforma ha sido una falacia, una ficción. Cuando apenas se mostraron sus bondades, salió la “masa gris” del CEPOS-22 y CEDES-22, con sus mamarracho del Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO). Un programa más de adoctrinamiento ideológico que una verdadera alternativa docente y académica. Oaxaca va a la zaga del proceso educativo del país y éste va a la cola en el mapa de la OCDE. Es decir, somos los más jodidos. Y no hay conciencia de esta realidad. Por ello, como sociedad, nos resistimos a vivir seis años más de arbitrariedades, de prácticas obcecadas… y hasta de terrorismo. Los petardos no son fortuitos. Están concatenados a un esquema de guerra de baja intensidad prolongada. Hay repudio generalizado en repetir el esquema gabinista, que de principio fin, se puso de tapete del magisterio.
2).- El falso radicalismo y la apatía oficial
Tuvo razón don Jesús Reyes Heroles cuando reconoció que en política la forma es fondo. Una mala lectura para la ciudadanía han sido las reuniones a puerta cerrada. En la opacidad. La regularización de plazas cuyo costo es mayor a los mil millones. El estigma de ese siniestro personaje llamado Luis Enrique Miranda. Una bofetada en tiempos que, se presume, la transparencia es eje del buen gobierno. La problemática educativa en Oaxaca nunca ha tenido una solución de fondo. El principal obstáculo ha sido la apatía gubernamental para resolverla. Desde el gobierno de Diódoro Carrasco (1992-1998) a la fecha, sólo se han administrado los abusos y la voracidad del Cártel. Y éste, sigue espantando con el petate del muerto: sus 81 mil mentores —¡perdón, ahora serán 87 mil!— La educación en la entidad es una tragedia, es un fiasco. Porque ha faltado lo que sugería don Adolfo Ruiz Cortines para gobernar el país: sesos y huevos. Publicitar que el magisterio admitió la evaluación es sólo dar atole con el dedo. Es querer sorprender la buena fe de una sociedad exhausta, harta de los abusos y atropellos de dicho gremio. Oaxaca —no se ha entendido— en materia educativa, camina al margen de la ley y de la razón de Estado.
No hay duda de la buena fe del gobernador Alejandro Murat para atenuar la crítica situación educativa. Pero con un gremio taimado y mafioso, hay que conducirse con malicia. Los miembros de esa especie de Soviet Supremo, denominada Comisión Política, han hecho de la demagogia su Biblia. Están cebados en mañas aunque, como ya dijimos, no tengan poder de decisión. Detrás están sus titiriteros: los grupos armados. Para los capos de la S-22 el gobierno de Murat ya entró al aro. Se regodean en una supuesta fuerza, aunque en sus adentros reconozcan que su movimiento está desfondado; sin base social de apoyo; satanizados y maldecidos. Todo lo que huela a magisterio genera entre los oaxaqueños una especie de urticaria. Y hay razón.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— A la fecha se han hecho decenas y decenas de designaciones en el gabinete legal y ampliado. Hay nuevas áreas, otras han cambiado de nombre y algunas más se han dividido. Sin embargo, hay una pregunta: ¿alguien conoce la reformada Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, una de las maniobras “más loables y brillantes” de la LXII Legislatura, la peor de la historia?
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