PRD/PAN: La alianza que no cuaja
En dos semanas se cierra el plazo impuesto por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), para que los partidos registren alianzas o coaliciones. El tiempo apremia y tal parece que entre las dirigencias nacionales del PRD y PAN, encabezadas por AGUSTÍN BASAVE y RICARDO ANAYA, respectivamente, no logran un acuerdo respecto al proceso electoral oaxaqueño. Insistimos: el PAN ya no quiere jugársela de nueva cuenta e ir a la cola del partido del sol azteca. En 2010 ya le hizo de comparsa. Y a la fecha no le ha ido tan bien, luego de haberle hecho el caldo gordo a los partidos que llevaron al poder a CUÉ MONTEAGUDO.
A menudo se insiste en que el PAN le apuesta a las alianzas, pero por lo que hemos comentado en esta columna, en el PRD hay resistencias. A propósito de lo anterior, nada ha dicho el dirigente estatal, CAROL ANTONIO ALTAMIRANO, que desde diciembre en encerró en una especie de ostracismo. De hecho, ningún acto público, de estructuras o comités ha realizado, sino que está prácticamente en situación de “desaparecido”. ¿Será por que la Alianza Democrática Nacional (ADN), que dirige HÉCTOR BAUTISTA, de origen oaxaqueño, a la corriente que pertenece CAROL, es la más renuente en el PRD a forjar alianzas con el blanquiazul?
Su contraparte, el dirigente estatal del PAN, JUAN MENDOZA REYES, sostuvo la semana pasada que difícilmente y solo, el PRD puede garantizar el triunfo y la gubernatura. Sin embargo, tampoco el panista ha manifestado su opinión respecto a cuál será el candidato con el cual su partido puede asegurar la derrota del PRI. Incluso, se dice, que el senador BENJAMÍN ROBLES MONTOYA, ha estado en constantes cabildeos para perfilarse como el candidato del PAN. Lo anterior, desde luego, no suena descabellado, habida cuenta de que el chilango traído de Michoacán, que tiene al menos tres actas de nacimiento, en una de las cuales se dice que nació en Matías Romero, ha trabajado en pos de la gubernatura.
Si bien es cierto que la liga se puede estirar hasta el último momento, la resistencia de ambos partidos, por distintas razones, en nada contribuye a pensar que en Oaxaca se puede repetir la fórmula de 2010. Porque además –nadie lo ignora- el experimento de que hemos sido objeto los oaxaqueños, ha dejado más dudas que certezas; más insatisfacción social que promesas cumplidas. Los tres gobiernos que emergieron de alianzas en Puebla, Oaxaca y Sinaloa, salvo el gobierno de RAFAEL MORENO VALLE, con todos sus claroscuros, el de GABINO CUÉ y el de MARIO LÓPEZ VALDÉZ, de Oaxaca y Sinaloa, respectivamente, han dejado mucho qué desear. (JPA)