Patrimonio Histórico: Sólo un membrete
“Proteger nuestro pasado es, precisamente,
nuestra mejor reserva de cara al futuro”
Demóstenes, “Contra Filipo”, III, 5, p. 69
RAÚL NATHÁN PÉREZ
1).- Breve introducción
Nuestro Centro Histórico es un ícono de la identidad oaxaqueña. Es, además, la expresión más conocida de ese pasado que la moda política considera hoy un anatema: la influencia de la colonización española. La arquitectura novohispana, plasmada en edificios y templos de las diversas órdenes religiosas: dominicos, franciscanos, agustinos, jesuitas, carmelitas. Hay, asimismo, expresiones del barroco y art noveau de los Siglos XVIII y XIX. Y cientos de viejas casonas de adobe y vigas. Decenas de ellas a punto de venirse abajo. Pero fue construida, sin duda alguna, con las manos de nuestros ancestros indígenas.
Esto es sólo una pincelada. Reconozco no ser un experto en el tema. De edificios, personajes, tradiciones, leyendas y el contexto, saben mucho más, historiadores, arquitectos, investigadores, el Cronista de la Ciudad, Jorge Bueno Sánchez, Guillermo Rangel y decenas de estudiosos que, desde antaño, han hurgado en el fondo de ese legado excepcional.
2).- Un dato poco conocido
Desde 1985 se iniciaron las gestiones para lograr el reconocimiento de la UNESCO al Centro Histórico y dos espacios más: la Zona Arqueológica de Monte Albán y el ex convento de Cuilápan, en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Dicha tarea se concretó en 1987. El Comité del Patrimonio Mundial, un órgano de composición restringida aprobó dicha inclusión. La labor previa fue extenuante. Cabildeo diplomático, revisión, traducción e interpretación de archivos documentales, fotográficos, testimoniales, material histórico. Sin duda, con la asesoría de expertos, además de organismos nacionales como el INAH e internacionales como el ICOMOS e ICROM.
El papel de los embajadores de México ante la UNESCO, en ese lapso: Luis Villoro Toranzo y Miguel León Portilla, fue indiscutible. Los trabajos fueron coordinados desde la Cancillería por don Víctor Flores Olea (QEPD), a la sazón Subsecretario de Asuntos Multilaterales de la SRE y Juan Antonio Mateos Cicero, director general de Organismos Especializados de la ONU, posteriormente, de Asuntos Internacionales de la SEP y Vicepresidente de la Comisión de los Estados Unidos Mexicanos para la UNESCO (Conalmex). En segundo plano, Martha Bárcena, hasta hace poco embajadora de México ante EU. Nadie me cuenta. Colaboré de cerca con ellos.
La labor para la incorporación de nuestro Centro Histórico como Patrimonio Cultural de la Humanidad no fue pues, obra del Espíritu Santo ni un hecho fortuito. En Oaxaca empeñó tiempo y talento en dicha tarea, el arquitecto Rafael Vergara. Al menos fue la única cara visible en esta cruzada. En efecto, fue un trabajo acucioso y extenuante forjado, además, por ese amor a Oaxaca, incluso de quienes no eran oriundos del terruño.
3).- En la inopia total
Sin embargo, el citado reconocimiento sólo ha servido como eje del discurso político y regodeo ante el turismo. Olvidado o minimizado. La ignorancia supina, combinada con la soberbia política, han sido letales. Hay tal torpeza que, pese a la posible disponibilidad de recursos de la UNESCO para proteger y salvaguardar dicho reconocimiento, no saben cómo acceder a ellos. He ahí el porqué del abandono y si bien existen leyes y reglamentos que protegen nuestro patrimonio histórico, de arriba para abajo hay omisión.
Sólo hay que constatar la ceguera del INAH frente a la perforación de las canteras frente a Catedral, que denunció y fue tendencia, el portal Zona Roja. Ahí está la proliferación de terrazas o el cambio de uso del suelo para convertir, incluso inmuebles catalogados, en vulgares congales. Es obvio, al gobierno local le vale sorbete. Conjuga ignorancia, banalidad y torpeza. “Condición del imperio –decía Tácito en sus Anales– es aplicar la linguae continentia y no nadar contra la corriente”.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— ¡Vaya!, en la misma capital y la zona conurbada se han dado ejecuciones antes inimaginables en una de las entidades más seguras del país.
— Ahora resulta que los socios y cómplices de personajes investidos de poder en el gobierno de la capital, resultaron huachicoleros del agua, me refiero al mafioso Sindicato Confederación Joven de México. Ya tenemos las dos especies, es decir, además del de gasolina. Y los capos gozan de cabal salud.
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