La socialité y la publicidad
Lo que se ha hecho moda en Oaxaca en los últimos años, pero sobre todo en el entorno político, es aparecer en la portada de revistas de moda y glamour, como un medio de publicidad. Dichas portadas se exhiben en aparadores, espectaculares, la parte trasera de los autobuses urbanos, hasta en los cines. Destacan dos casos en este momento, aunque desde luego que hay muchos más: EVIEL PÉREZ MAGAÑA, aspirante a la candidatura del PRI, cuya fotografía cubre la portada de una de dichas publicaciones y JOSÉ ANTONIO ESTEFAN GARFIAS, en otra de las referidas revistas de socialité. En apariencia se trata de un fenómeno que ha impactado por igual a “tiburones”, “delfines”, “tigres”, “cachorros” o especies menores.
Lo relevante del asunto es que el Consejo General del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), que preside GUSTAVO MEIXUEIRO NÁJERA, pero sobre todo la Comisión de Queja y Denuncias, de la que forman parte los consejeros RITA BELL LÓPEZ VENCES, ELIZABETH BAUTISTA VELASCO y GERARDO GARCÍA MARROQUÍN, está tomando ya debida nota de ello y está exigiendo a algunos aspirantes, retirar la publicidad, a menos que quieran hacerse acreedores a sanciones previas al inicio del período formal de las campañas. Esta situación por lo que se pudo observar, no se dio en el pasado proceso electoral federal, en donde algunos de los hoy ungidos diputados federales incurrieron en excesos en gastos de campaña. Las denuncias simplemente se desestimaron.
Los publicistas de las citadas revistas de socialité andan a la caza de soñadores, incautos, el abanico enorme de aspirantes a diputaciones locales, presidencias municipales y otros, para publicarles su foto y ésta se difunda en un afán de exhibicionismo, voyeurismo aldeano o proselitismo encubierto, en sitios estratégicos de la capital, de las principales capitales del estado e incluso en carreteras. Desde meses antes de que se inicien las campañas, la publicidad y el glamour van de la mano. Hay quienes contratan espectaculares para plasmar en los mismos su imagen, con su mejor sonrisa aunque con nula propuesta.
La ciudadanía oaxaqueña, a veces apática a los procesos electorales, se pregunta muchas veces qué hace tal o cual actor en dichos espacios. Por ello, si el IEEPCO pretende fungir como un árbitro electoral, en cuyas decisiones prevalezca la equidad, la imparcialidad y la certidumbre, deben medir a todos con el mismo rasero. Sancionar a unos en beneficio de otros, sentará un pésimo precedente. (JPA)