El factor Diódoro Carrasco

La designación ayer del ex gobernador DIÓDORO CARRASCO ALTAMIRANO como Secretario General de Gobierno de Puebla, tiene una lectura indiscutible: al gobernador de esta entidad, RAFAEL MORENO VALLE, nadie lo detiene en su propósito por cuajar la candidatura por el Partido Acción Nacional (PAN) para la presidencia de la República en el 2018. Si bien es cierto que aquellos a quienes apoyó en el proceso interno para elegir la pasada dirigencia nacional, GUSTAVO MADERO y RICARDO ANAYA, le han querido dar la vuelta, el ejecutivo poblano está mostrando que es un hueso muy duro de roer. MORENO VALLE puso a trabajar a sus cercanos para descarrilar la candidatura de ERNESTO CORDERO y obtuviera el triunfo el binomio MADERO/ANAYA. Pero la amnesia ya hizo presa del joven presidente del albiazul.

CARRASCO tendrá asimismo otra tarea nada fácil: apuntalar la candidatura de uno de los más cercanos al ejecutivo poblano y actual presidente municipal de la Angelópolis: TONY GALI, quien se perfila como la apuesta panista para la gubernatura. Sin embargo, ¿cuál es la lectura de la designación del cuicateco en el entorno de la sucesión oaxaqueña? Hay al menos tres en el abanico de aspirantes que tienen el sello diodorista: JOSÉ ANTONIO ESTEFAN GARFIAS, GERARDO GUTIÉRREZ CANDIANI y ALFONSO GÓMEZ SANDOVAL. El primero es el candidato de GABINO CUÉ a la gubernatura y cuenta con el apoyo del PRD. Los últimos aspiran por el PRI, en un terreno monopolizado por dos ex gobernadores, que ahora tienen a sus alfiles: ALEJANDRO MURAT y EVIEL PÉREZ MAGAÑA.

La pregunta es: ¿y a quién apoyará DCA, desde su privilegiada posición en el gobierno de Puebla? La respuesta es un acertijo. En la cúpula panista está firme el propósito de ir en alianza con el PRD para ganar la gubernatura oaxaqueña. Pero hay muchas dudas. El PAN local está en su peor momento y refundido en los últimos lugares de ventaja electoral. Empero, hay reservas para apoyar al candidato de CUÉ MONTEAGUDO, JOSÉ ANTONIO ESTEFAN, precisamente por el desprecio con el que el actual ejecutivo ha tratado al albiazul. Pero veamos.

Una tesis apunta a que CARRASCO buscaría por todos los medios el apoyo panista para favorecer al candidato gabinista, que asimismo lleva su hierro bien marcado. Otra, que evitará el desgaste habida cuenta de que MORENO VALLE, si bien proclive a las alianzas, buscaría la candidatura sólo del PAN en 2018. Lo cierto es que de no cuajarse la coalición de partidos antes del 27 de este mes, el hoy Secretario General de Gobierno de Puebla bien puede echar mano de sus influencias en el PAN para poder encarrilar la candidatura de cualquiera del resto de los diodoristas: GUTIÉRREZ CANDIANI o GÓMEZ SANDOVAL, ambos aspirantes por el PRI, que ningún empacho tendrían en ser apuntalados por el blanquiazul. (JPA)