El comentario de hoy, martes 26 de noviembre 2024
El mal manejo de los recursos públicos en los gobiernos municipales, muchas veces por la falta de capacitación en regidores de hacienda y tesoreros, ha sido, desde hace algunos años, una mina de oro de pillos de cuello blanco. Hace algunos años, cuando recién empezó a operar la llamada Auditoría Superior del Estado, había despachos, propiedad de servidores públicos de la misma dependencia que, por una buena lana, ponían en orden las cuentas municipales.
Es decir, prevaricaban. Eran a la vez, la entidad pública de sancionar o detectar anomalías administrativas y financieras, pero, por la puerta trasera, ciertos funcionarios de la misma, planchaban las cuentas. Por ello, rara vez hemos visto a ex ediles sancionados, consignados u obligados a cumplir con procesos resarcitorios, para devolver al erario municipal lo sustraído de manera ilícita.
La semana pasada circuló en redes sociales una especie de carta de denuncia respecto a lo que se configura como extorsión a ediles que concluyen su gestión o que iniciarán en enero. Se trata de una operación en la que se estaría involucrando al Órgano Superior de Fiscalización y Auditoría del Estado de Oaxaca -ASFEO-, a familiares de la titular y a otros personajes ampliamente conocidos, que estarían operando los procesos de entrega-recepción.
Ya es usual, como hemos dicho, que funcionarios no sólo de esta área sino de otras, formen sus propios despachos. Es el caso de uno que, en el pasado, teniendo información privilegiada de fondos federales que se asignarían a municipios, enviaba a sus personeros a negociar con los presidentes. Si la Federación les autorizaba 4 millones, les decían que eran sólo 2 millones, pero que ellos podrían negociar los 4, a cambio de un 30% de comisión.
De paso, les empezaban a manejar su presupuesto, nómina, recursos para obras, impuestos, etc., lo que les permitía colar constructoras y operar un abominable tráfico de influencias. Tenían de los cojones a los gobiernos municipales. Así, por lo que se percibe en la carta a la que hacemos alusión, de nueva cuenta esta banda de personajes y despachos se empiezan a infiltrar desde la misma entrega-recepción. No faltan en esta maniobra, los llamados factureros.
Por lo visto pues, el cacareado combate a la corrupción que, por cierto, ha enarbolado nuevamente la cúpula del Movimiento de Regeneración Nacional -Morena-, simplemente será letra muerta en nuestros municipios. Vivales de traje y corbata se seguirán aprovechando de la ignorancia de los ediles o, en su defecto, habrán de operar en connivencia o complicidad, frente a un pueblo bueno y sabio que otra vez, como en el pasado, será sólo un membrete sin más. (JPA)