El comentario de hoy, martes 18 de noviembre 2025
Desde hace mucho, en este mismo espacio, hemos sido críticos recurrentes de quienes siguen arrastrando el mito de la entidad segura. La percepción ciudadana es exactamente lo contrario. Ciertas regiones y plazas del estado son escenarios diarios de ejecuciones y aberrantes crímenes colectivos. El pasado 10 de noviembre fueron descubiertos en Juchitán de Zaragoza, tres ejecutados: dos mujeres y un hombre.
Y se reportó la desaparición de una menor de 4 años, que al día siguiente fue encontrada muerta. El mismo ejecutivo estatal condenó los hechos. La pregunta que ciudadanos de a pie, empresarios, profesionistas y amas de casa se hacen es: ¿cuál ha sido el resultado de tantos operativos policiales y castrenses desplegados desde el pasado régimen y éste, para restituir la paz y la tranquilidad en dicho municipio?
¿Cuántos policías municipales tecos fueron consignados como resultado del operativo “Sable” hace meses? Sobre todo, quienes portaban armas sin registro u operaban las cámaras de seguridad a favor de los grupos criminales. O mejor: ¿Qué funcionarios y actores políticos de este régimen, señalados vox populi de proteger a los generadores de violencia, siguen blindados e intocables?
La repuesta del gabinete de seguridad federal, particularmente de la Secretaría de Marina/Armada de México, no se hizo esperar. En una amplia nota difundida en el diario El Universal el 12 de noviembre, que más bien parece una justificación, aparecen los resultados del que llaman exitoso operativo “Sable” en la zona del Corredor Interoceánico. Se habla de 53 detenidos, pero de los capos y del crecimiento en la criminalidad ninguna explicación.
Juchitán y, en segundo lugar, Salina Cruz, Tehuantepec y Matías Romero, siguen como mataderos cotidianos. Todo mundo en la región habla entre dientes, de los capos, sicarios, huachicoleros, traficantes de droga, de personas, extorsionadores y dedicados al secuestro. Y lo hemos visto en los últimos días. Los sicarios al servicio de la maña se pitorrean de los operativos de Ejército, Marina, Policía Estatal y otros.
El tufo a impunidad y posible protección de los “comandantes criminales” ha permeado por todos lados. El Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, Omar García Harfuch, como cabeza del gabinete de seguridad, debe tener claro que Juchitán ha sido, desde hace años, uno de los municipios con mayor índice de criminalidad en el país. Aún antes de que se perfilara el llamado Corredor Interoceánico.
No es algo aislado. Las ejecuciones de familias, mujeres y menores de edad han calado hondo en la conciencia ciudadana. Hay rabia y frustración. Lo que indigna más es que pese a operativos y más operativos, los mañosos sigan tal cual, cometiendo asesinatos y delitos aberrantes y haciendo de dicho municipio un territorio sangriento en donde campea la impunidad.(JPA)

