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El comentario de hoy, jueves 6 de marzo 2025

Mientras el país vive una crisis de incertidumbre con la amenaza de los aranceles, las deportaciones masivas y el descrédito de su gobierno por sus presuntas o evidentes ligas con los grupos criminales, en Oaxaca tenemos nuestros propios fantasmas. Lejos de atenuar el golpeteo y descrédito, el protagonismo y jaloneo interno de algunos funcionarios, le sigue abriendo frentes al gobierno de la Primavera Oaxaqueña.

En diciembre fue el despido de 1 mil 344 trabajadores de base, muchos de ellos ya recontratados; la semana anterior, fue la amenaza de prescindir de los servicios de centenas de elementos policiales, que luego fue desmentida y calificada de amarillismo mediático. Los jenízaros se fueron a paro, casi simultáneamente que el magisterio. Las regiones del estado quedaron sin presencia policial, mientras las caseta de cobro fueron tomadas por los aguerridos mentores.

El miércoles 26 de febrero fue suspendida la sesión en la Sexagésima Legislatura local. Se discutiría la iniciativa de ley sobre la reforma judicial en el entorno estatal. Los y las legisladoras ni siquiera habían leído el dictamen. Es decir, lo aprobarían -como ha sido la moda en Morena- a ciegas. Pareciera que la idea es poner en evidencia a un pueblo permanentemente agraviado.

Como premio al dispendio y cuestionado desempeño, la titular de la Secretaría de Turismo, viajó con un séquito a Bogotá, Colombia. Aunque se asume blindada a la crítica, el viajecito se dio luego de darse a conocer el pago por más de 12 millones de pesos, en 2023, a conocido artista. Una bofetada a la política de austeridad republicana dispuesta por el ejecutivo estatal, en una entidad con tanta pobreza y necesidades.

No es un secreto que el gobernador Salomón Jara ha sido objeto de una campaña de desprestigio. Adversarios políticos, al interior de su mismo partido, han desatado una brutal escalada de medios. Pero, lejos de instrumentar mecanismos que permitan reivindicar la fortaleza de su gobierno, el protagonismo de su mismo equipo le sigue dando armas y piedras al enemigo para seguir golpeándolo.

El titular del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca -IEEPO-, en lugar de negociar o cabildear, en las posibilidades de su dependencia, las exigencias de ese gremio amañado que es el magisterio, sólo se encoge de hombros ante los constantes señalamientos de ser un factor de violencia en su natal Juchitán. Pero ahí sigue, dañando la imagen de su jefe político.

Lo grave es que esos desaciertos, escándalos y guerra interna, no sólo se llevan entre las patas al régimen al que sirven los y las funcionarias, sino, como efecto colateral, al pueblo oaxaqueño. Es quien recibe los coletazos de los bloqueos, los plantones y la inseguridad. (JPA)

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