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Crónica Geopolítica (41) – Geopolítica y ahora Astropolítica

Oswaldo García Criollo

Lo que se llamó la carrera espacial en el ámbito de la “guerra fría” terminó en julio del año 1969, con la llegada de 2 astronautas que pisaron el suelo lunar y trajeron muestras del suelo. Se consideró un triunfo de EU frente a la URSS. El gasto para ambos países fue enorme, pero parte de una confrontación ideológica, política y económica. El torneo se repite décadas después teniendo como antagonistas a EU y China. El primero quiere regresar y el segundo ir por primera vez, ambos como escalón inicial de una colonización de mundos exteriores. Sin embargo, la visión económica comercial la hace diferente.

Al contrario de la carrera original de la Guerra Fría (EE. UU. vs URSS), ahora tenemos múltiples actores estatales y privados, pero EE. UU. y China siguen siendo los que más recursos, ambiciones y capacidades concentran. La competencia no es solo quién “primero pisa” o “primero regresa”: importa quién establece infraestructura sostenible (bases lunares, estaciones orbitales, redes de comunicaciones), quién controla tecnologías clave (propulsión, energía, reabastecimiento), quién define normas y quién atrae alianzas internacionales.

EE. UU. impulsa el programa Artemis para regresar a la Luna con astronautas (Artemis III, IV, etc.), establecer bases y preparar lo que llaman “ciencia sostenible” en la Luna. Un objetivo concreto es instalar un reactor nuclear en la Luna (100 kW) para dar energía continua, incluso durante la noche lunar (que dura ~14 días). EE. UU. también impulsa los Acuerdos Artemis (Artemis Accords), un marco de cooperación y principios para la exploración lunar y espacial abierto a otros países, con énfasis en la gobernanza, transparencia y uso pacífico. Pero enfrenta desafíos: retrasos tecnológicos, sobrecostos, incertidumbre presupuestaria (posibles recortes al programa científico) y dependencia de empresas privadas (SpaceX, Blue Origin, etc.). Además, la ley conocida como Wolf Amendment prohíbe que la NASA colabore bilateralmente con China sin permiso.

China tiene un plan lunar ambicioso: quiere llevar astronautas a la Luna alrededor de 2030. Ha desarrollado (o está desarrollando) un módulo tripulado lunar llamado Lanyue (o “crewed lunar surface lander”) junto con el cohete Long March 10 para hacerlo viable. China ya ha realizado misiones robóticas exitosas: misiones Chang’e que han llevado muestras lunares, incluido del lado lejano de la Luna. Estudia construir una base lunar permanente hacia 2035, posiblemente con energía nuclear, aprovecha sus éxitos robóticos y consolida su capacidad técnica. China también ha abierto posibilidades de colaboración a otros países para misiones lunares (por ejemplo, misiones Chang’e 7/8) con cargas útiles internacionales. Su programa espacial está solo dirigido por el Estado.

Todo indica que el regreso de EU a la luna será primero y después China. Pero ya apuntan a una segunda etapa para Marte. Los rusos permanecen discretos en sus planes, prefieren

decir lo que han hecho y no lo que van a hacer. La India y Japón avanzan también.

Mi aportación a este tema es que el concepto de Geopolítica no puede ser usado para el análisis de esta nueva competencia y sus consecuencias. Este se refiere a las relaciones incluidas la política y la economía de los países influidos por la geografía y los recursos.

Con mis pocas luces sobre el tema propongo que la actual carrera espacial (2.0) no puede encerrarse en el concepto de Geopolítica, porque éste se refiere a nuestro planeta. Pensé en la palabra Cosmopolítica, pero también le veo una connotación de cosmopolita, palabra que viene desde los griegos y se refiere a algo más bien global, que supera lo local y nacional, para la relación de los seres humanos. El filosofo Diógenes de Sinope se autodenominó “cosmopolita” entendido como ciudadano del mundo.

Encontré adecuada la palabra ASTROPOLITICA, porque la luna y marte son astros, tienen territorio y recursos, aunque no son países. La definiría como una nueva disciplina que abarca las relaciones generales políticas, económicas, incluso militares, entre países derivadas de la competencia y la colonización de mundos del espacio exterior o interestelar como la luna, marte y los asteroides. Una rama primordial de esta disciplina sería el Derecho ya no espacial, limitado a nuestro planeta y atmósfera, sino más allá. El campo de acción de esta nueva disciplina, si alguien no se me adelantó con el concepto, es nuevo y apasionante. Ahí dejo este tema para análisis y desarrollo.

(Pilón: algún día la Astropolítica se hará con civilizaciones extraterrestres ?)

ogarciac@univas.mx

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