Centro de Convenciones: Fijación gubernamental

Hace poco más de un año, el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO), se convirtió en una obsesión –y luego en una pesadilla- para el titular de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico (STyDE), JOSÉ ZORRILLA DE SAN MARTÍN. Devino el eje de su desempeño como funcionario de primer nivel en el gobierno de la alternancia. El plus del CCCO era construirlo en el Cerro de “El Fortín”, ahí a un lado, con pasillo para intercomunicarlo, con un hotel del que es propietario minoritario. Para edificarlo ahí no midió pelos ni tamaños. Lo grave es que el camino previo lo recorrió en la más absoluta opacidad. En virtud de los señalamientos respecto a que la STyDE no es dependencia ejecutora, se sacó de la manga al Fideicomiso de Desarrollo Logístico (FIDELO), para que diera la cara.

Ninguna obra como ésta le generó al gobernador GABINO CUÉ, tantos descalabros y golpes mediáticos. El revire de los presuntos intelectuales opositores, SERGIO HERNÁNDEZ y FRANCISCO TOLEDO, en contra de la imposición para construirla en el lugar menos idóneo, fue brutal para el ejecutivo. Hasta una inexistente “casa blanca” le sacaron, además de golpes innecesarios. Tuvieron que intervenir –se dice- desde la titular del INAH, TERESA FRANCO, hasta el hoy Secretario de Cultura del gobierno federal, RAFAEL TOVAR Y DE TERESA, para evitar que la obra siguiera adelante. Inclusive se habla de llamadas de funcionarios internacionales de la UNESCO. Con buen tino, el gobernador CUÉ MONTEAGUDO suspendió de plano la construcción del CCCO en “El Fortín”.

Sin embargo, en su pasada comparecencia ante la LXII Legislatura, PEPE ZORRILLA, volvió a la carga con el Centro de Convenciones. Va, dijo. Lo mismo el gobernador, en entrevista luego del concurso de “La Noche de Rábanos”. Afirmó que el citado Centro se construirá, aunque aún no se define el lugar. Es cierto, los 600 millones de pesos –descontando seguramente los más de 30 que pagó ZORRILLA por el proyecto maestro- no se pueden regresar a la Federación. Sin embargo, el tiempo apremia. Nadie medianamente cuerdo discute la importancia del multicitado Centro de Convenciones para la industria sin chimeneas, devastada como está hoy. Lo cierto es que en los once meses que le quedan a la gestión de GABINO CUÉ, no serán suficientes. Por tanto, sólo que el proyecto del CCCO sea una prioridad para el gobierno que llegue, seguramente podrá ser realidad. Caso contrario, será un proyecto más abortado, de los varios que quedarán en la agenda gubernamental. (JPA)