Cártel-22: En la mira del SAT
Una de las estrategias del gobierno federal para dinamitar a los cárteles criminales, es atacar sus fuentes de financiamiento. Ir sobre sus cuentas y congelarlas. Sin dinero son nada. Por ello, han sido aplaudidas por los oaxaqueños las medidas administrativas instrumentadas por el Sistema de Administración Tributaria (SAT), de congelar las cuentas de los capos del Cártel 22. Desde hace algunas semanas, RUBÉN NÚÑEZ JIMÉNEZ y FRANCISCO VILLALOBOS, a) “Chico Pelón”, entre otros, no pueden disponer de “sus ahorros”, de ésos que han obtenido con el sudor de su frente, pues sus cuentas han sido prácticamente aseguradas. El segundo tal vez siga gozando de solvencia, pues como todo mundo se enteró, tiene en la caja fuerte de su casa seguramente millones, de los que su esposa puede enviarle –en efectivo- más de 300 mil pesos.
Y es que los capos y su estructura cuasi criminal, que mantienen a través de los jefes de sector, supervisores, directores, delegados sindicales y hasta espías, se metían a la bolsa mucho más de lo que nos podemos imaginar. No sólo se sirvieron a gusto con los recursos destinados a la educación, cuando mantuvieron el control del 95% de los puestos en el IEEPO, sino asimismo de las regalías, los sobornos, los pagos por fuera por venta de plazas, cambios de adscripción, ascensos y aumento de horas clase, entre otros. Sin embargo, el flujo mayor de efectivo era a través de los maestros “habilitados” para recoger y entregar los cheques quincenales. A la hora de entregarlos, que cambiaba él mismo, descontaba los días en que los mentores no habían asistido o participado en movilizaciones, bloqueos, toma de oficinas, gasolineras o centros comerciales.
La política de terror instrumentada a través de la estructura de jefes de sector, supervisores y demás, ya citada, la misma que operaban algunos como la misma NORMA CLEIVER VÁSQUEZ, en los Valles Centrales; su pareja sentimental, OTHÓN NAZARIEGA, CARMEN LÓPEZ VÁSQUEZ, a) La Jicayán y otros como ACIEL SIBAJA, tenía como fin no sólo manipular a la base sino además, pasarla a la báscula cuando se salían del huacal. Los millones de pesos provenientes de fuentes ilícitas –la extorsión- fluían de manera impresionante. Es un acierto del gobierno federal pues, asegurar las cuentas, en donde encontrarán no el pago quincenal jugoso que se asignaban los dirigentes, sino además, las rentas del terrorismo laboral, por lo que les vino a la medida el calificativo de Cárte-22. (JPA)