Politica de suma cero 

Una bofetada al pueblo oaxaqueño

salen lideres

Desde ayer jueves por la tarde se realizó el operativo para el traslado de RUBÉN NÚÑEZ GINÉZ y FRANCISCO VILLALOBOS RICÁRDEZ, Secretario General y de Organización, detenidos el 11 de junio pasado, como presuntos responsables de la comisión de delitos de orden federal, como lavado de dinero por más de 50 millones de pesos el primero, del penal federal de mediana seguridad de Mengolí de Morelos al de Santa María Ixcotel. ¿Motivos? Su liberación hoy por la mañana con fianzas irrisorias de 120 y 80 mil pesos, respectivamente, con lo cual quedaron en libertad.

Nos preguntamos a menudo en esta columna: ¿Valió la pena poner a los oaxaqueños bajo la violencia, la beligerancia y la impunidad de la CNTE/Sección 22, al generar durante los últimos tres meses, pérdidas por más de 4 mil millones de pesos; la pérdida de miles de empleos; la debacle de la industria turística y en la dinámica de una crisis social y de hartazgo ciudadano, que tardará muchos años en resarcirse? ¿Valieron la pena los ocho muertos que trajo consigo el fallido desalojo del bloqueo en Asunción Nochixtlán, el 19 de junio y los más de ciento cincuenta policías federal, estatales y civiles heridos en dichos hecho? Por supuesto que nada valió la pena.

La liberación de NUÑEZ GINÉZ y FRANCISCO VILLALOBOS, junto con las de ACIEL SIBAJA, OTHÓN NAZARIEGA, EFRAÍN PICAZO, HERIBERTO MAGARIÑO, ROBERTO ABEL JIMÉNEZ y JUAN CARLOS OROZO, representa una afrenta al Estado de Derecho y confluyen en la visión de una justicia blandengue, producto de un Estado débil, sin peso moral y rehén de la corrupción y las complicidades. El gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO –con justa razón está por los suelos en la calificación que le otorga el pueblo mexicamo- pasará a la historia como uno de los peores de los últimos tiempos. Los regímenes de los panistas, VICENTE FOX y FELIPE CALDERÓN, salen mejor librados, pues al menos jamás pusieron a la justicia al margen de los arreglos oscuros y debajo de la mesa.

Los delincuentes disfrazados de mentores, ya pueden sentirse satisfechos: salen como héroes, listos para seguir cebándose sobre el pueblo, ante la mirada complaciente de estos gobiernos mediocres, blandengues y timoratos. Ante la farsa de justicia que tenemos en México, ya todo lo que se diga en materia de Reforma Educativa; del nuevo modelo educativo y de las leyes reglamentarias, ha perdido su razón de ser. La CNTE ha ganado una batalla que el gobierno perdió desde hace mucho. Lástima que no haya sido éste el que haya pagado los platos rotos, sino la sociedad civil de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán. (JPA)

 

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