De paradojas y utopías 

UABJO: Caciques, porros y sindicatos

RAÚL NATHÁN PÉREZ

1).- Paraíso de violencia

La UABJO ha sido, a partir de los setentas, un desafío a la gobernanza y un agravio social. Perdió la brújula de su misión. Se extravió en disputas. Oscila entre un sindicalismo pernicioso, un faccionalismo enfermizo y la idea –torpe, por supuesto- de que una institución pública puede ser patrimonio personal o familiar. Pareciera ser que la mediocridad y la decadencia se han enquistado en lo que fue una universidad gloriosa y formativa de grandes hombres. Parafraseando a E. M. Cioran: “donde antes habíamos visto luces del conocimiento, ahora vemos vulgaridad y, en lugar de la sabiduría, una mediocridad sin paliativos”. (El libro de las quimeras, Tusquets, Barcelona, 2001, p. 40).  Ha sido, a la vez, campo de batalla: balaceras, bloqueos, incendios y el manipuleo de aquellos que, desde la penumbra de su cobardía, mueven los hilos. La búsqueda de la excelencia académica; el desempeño para lograr la formación de profesionistas en lo posible y razonable, se ha ido a la basura. La lucha por la supremacía; la prevalencia de los vicios y los cotos de poder, es lo que vale.

Nuestra Alma Mater ha sido secuestrada y acotada en sus libertades. El pensador británico –nacido en Letonia- IsaiahBerlin, creía que sin libertad, hay frustración en el pensamiento. “Cuando se habla de falta de libertad social o política, lo que se dice es que alguien –y no algo- impide que hagamos lo que deseamos hacer o que seamos lo que deseamos ser”. (Las ideas políticas en la era romántica, FCE, México, 2014, pp.104-105). En la UABJO, sindicatos, grupos políticos, clanes familiares o porros, manejados por caciques conocidos: Abraham Martínez, Silviano Cabrera, por sus cuates o sus adversarios, Taurino Amílcar Sosa, Jesús Villavicencio y varios más, conculcan de manera permanente el derecho a la educación. Cada figura, por acartonada que sea –hay especímenes en la UABJO, que tienen más de 40 medrando del magro presupuesto de la misma- tiene a sus golpeadores. Los sindicatos, el porrismo y los cacicazgos pues, son el cáncer que carcome el necrosado tejido universitario. El proyecto académico del rector Eduardo Bautista ha sido obstaculizado por esta avalancha de intereses.

2).- La debacle del 77 y sus efectos

En el período 1976-78 la UABJO vivió un infierno, entre protestas, convulsiones y estertores. “Coyotes”, “guillenes”, “troskos”, “pescados” y “bufetos”, fueron los protagonistas. Los espacios universitarios fueron campo de batalla. Balaceras en las prepas, escuelas y facultades; golpes, persecución, muertos y, en el fondo, la obcecación de unos por convertir a la institución en bastión de la Unión del Pueblo (UP), es decir, de la guerrilla. Sin duda, la debacle universitaria inició ahí. La violencia y la pérdida del rumbo académico nacieron para quedarse. Hubo quienes “se abrieron” o “los abrieron”, pero otros, más empecinados, se quedaron. El directorio es numeroso. Todos los vicios confluyeron en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales: porros, venta de calificación, exámenes profesionales a precio, tesis clonadas, maestros que asemejan vulgares macuarros.

En 1995 fue asesinado Nahúm Carreño Vásquez, fuerte aspirante a la rectoría. Una nube de misterio cubrió el crimen. En el entorno universitario creció el perfil incendiario y destructor, en fósiles y golpeadores. En 2001, sujetos sin escrúpulos incendiaron el histórico Paraninfo Universitario. Pese a ello, no son pocos los que ahí siguen impunes, íconos de la violencia. Algunos ocuparon –y ocupan hoy- puestos de dirección. El recién ungido director de Derecho, Miguel Ángel Vásquez fue conocido en sus tiempos porriles como “El Águila” o “El Cone”. Del mismo corte es Miguel Ángel Ramírez Hernández. El directorio de esta podredumbre es asimismo, notable. La impunidad es lacerante. Los porros que incendiaron la puerta lateral del Edificio Central –que ni es histórica ni tiene 400 años-, algunos de los cuales fueron detenidos, fueron liberados al día siguiente. Mientras tanto, los que les dan cuerda, los titiriteros que desde oscuridad alientan la inestabilidad, ahí siguen intocables.

3).- Urge cirugía mayor

Al ex gobernador de Puebla, Manuel Bartlett, no le costó mucho hacer de la BUAP un centro de excelencia académica. Arremetió políticamente, pero también con la fuerza de la ley, para meter orden. Un ejemplo a seguir. Hay que extirpar el cáncer que lacera a nuestra Máxima Casa de Estudios. A esos especímenes jurásicos que mantienen el control, hay que ofrecerles lo que acuñaron en el Porfiriato: encierro, destierro o entierro. Pero la UABJO, por el bien de Oaxaca y de las generaciones que vienen detrás, no puede seguir así.

 

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

 — ¿Quién asesora al gobernador Alejandro Murat, en materia educativa? ¿Habrá que echar las campanas al vuelo para festinar que la S-22 accedió a evaluarse? No. El gobierno se bajó los calzones con un gremio faccioso, sectario, que quiere proteger sus privilegios y sus espacios de confort, pero que además, no cumple acuerdos, convenios ni pactos de caballeros. Al tiempo.

— La lucha entre el Sindicato Libertad, CROC, CTM, el membrete denominado FESO, el Frente Popular “14 de junio” y otros grupos y sindicatos que han hecho del transporte una célula criminal, no requieren de diálogo, sólo de la fuerza del Estado y la ley.

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