Sociedad convulsa: Uso y costumbre
RAÚL NATHÁN PÉREZ
1).- Nuestro mal fario
Oaxaca asemeja una Torre de Babel: cada quien habla su propio lenguaje. Maestros, organizaciones y sindicatos, tienen uno: el chantaje; el gobierno, tiene otros: la debilidad y la complacencia y el pueblo, unos más: el conformismo y la frustración. Difícil entenderse. Un conflicto entre particulares se convierte en asunto público. Un sujeto detenido; un vehículo averiado, devienen bloqueos; presión para torcer la ley. Y el Estado cae redondito. Nuestra jodidez es directamente proporcional al cinismo con el que cada quien habla su propio idioma y hace votos de fe de ella. Los primeros van detrás del dinero fácil. No importa darle en la madre a Oaxaca. El gobierno sólo administra los conflictos, no los resuelve. Les da largas, con el espejismo de las elecciones que vienen. Y el pueblo sigue rasgándose el ropaje, esperando inútilmente que el otro le traiga la paz.
2).- El trasfondo: “14 de junio”/Vicente Guerrero
¿Fue genuina la expulsión del Frente Popular “14 de junio” y de los delincuentes que la dirigen: Francisco Martínez Sánchez y de su hijo, Francisco Javier Martínez Rodríguez, por parte de colonos de la Agencia Vicente Guerrero? No. El mecanismo es sustituir a un hampón por otras ratas y mañosos. Sólo cambiar de yugo. Relevar a “Pancho Mugre” por similares. Hay ahí capos de la supuesta lucha social, arropados por negocios ilícitos. Ya no admiten moto taxis de éste, hay que abrirles cancha al derecho de piso y hasta narcomenudeo. Pero hay un trasfondo político-electoral. Por ello, el basurero municipal se ha convertido en botín. Las Colonias Unidas, González Guardado, Zapoteca, Rancho Viejo, Vicente Guerrero y otras, que son guarida de delincuentes, ven hacia el 2018. Son parte del dominio de Flavio Sosa y COMUNA; de Germán Mendoza Nube del FPR y hasta de Arturo Peimbert, el ombudsman militante. Pero nadie los toca. También MORENA y el PRI sentaron ahí sus reales. Ahí está Jesús Morales, dirigente de Colonias Unidas, detenido con arma de fuego y ropa militar. Y fue liberado.
3).- Impunidad perniciosa
Ofende a la sociedad oaxaqueña la impunidad con la que se conducen maestros, normalistas, dirigentes sociales y cualquier baba de perico que se asume redentor del pueblo. Son sencillamente intocables. Con un cinismo inaudito amenazan, amagan y conculcan los derechos civiles. Despliegan mecanismos de terror en las redes sociales –que les han venido como anillo al dedo-. La lucha social se ha convertido en un gran negocio. Y la industria más rentable es el chantaje. Crear una organización social, amenazar y poner contra la pared al gobierno es como ganarse la lotería. Exigir recursos y dinero fresco cual si fueran autoridades electas por el voto popular o pos abusos y costumbres, es la religión de moda. Y hay funcionarios que las mueven a placer. Servidores públicos que prevarican: maman del gobierno y de los favores que otorgan. Son, de manera simultánea, incendiarios y bomberos.
4).- Justicia vs política
Aquí todo, absolutamente todo, quiere resolverse con el rasero de la política. El espejismo del 2018 es insultante. Cualquier imbécil se monta sobre el mismo. Hasta los criminales andan “como Pedro por su casa”, gracias a la parálisis policial. ¿O es que la plaza ya se negoció? El gobierno de Alejandro Murat está a dos fuegos: el amigo, dentro de su mismo gabinete y el externo, que le fabrican sus adversarios políticos. Pero la política carretonera –o rastacuero, le dice Miguel Herrera- que se practica aquí, termina siendo un juego de suma cero: todo son pérdidas. Para salir del paso el gobierno ofrece el oro y el moro. Pero no cumple. Y ahí está la protesta como caldo de cultivo de nuestra endeble gobernabilidad. Las demandas de los chantajistas son cada vez más descabelladas. Toma de casetas, secuestro de servidores públicos, bloqueos carreteros. Como perros, huelen el miedo del régimen. Y tampoco cumplen. Ahí está el Cártel-22: revolucionario y todo, pero no tiene palabra.
5).- Urgen nuevas reglas
Se entiende: inercias, vicios y gravitaciones arraigados por décadas no los resolverá Murat Hinojosa de un plumazo. Pero sí puede sentar las bases de un nuevo Pacto Social. El andamiaje jurídico por dónde deba transitar su gobierno. Sin filias ni fobias. Hacer un voto de fe en la sociedad civil, en donde existe una gran indignación. Ni un peso más para alimentar a dirigentes corruptos; ni una concesión más al magisterio. Y hacer realidad un viejo anhelo de los oaxaqueños: el privilegio de la ley y el Estado de Derecho.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— El bloqueo nuestro de cada día es el credo de la Sección 22. Inició el ciclo escolar y nadie sabe en qué centro educativo está adscrita esa caterva de imbéciles que a diario obstaculizan el tránsito en importantes cruceros, poniendo en jaque a la ciudadanía.
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