Politica de suma cero 

El show del padre Solalinde

Quien haya tenido la ocurrencia o el desacierto de proponer a padre ALEJANDRO SOLALINDE GUERRA, guía moral del albergue “Hermanos del Camino” de Ciudad Ixtepec, para el Premio Nobel de la Paz, debe estar realmente arrepentido. Sin poner en tela de juicio su noble labor en la defensa de los derechos humanos de los migrantes de Centro y Sudamérica que se internan de manera ilegal en el país, en su camino hacia los Estados Unidos de América, lo cierto es que su afán protagónico contrasta con su misión pastoral y en favor de los pobres y desprotegidos.

Ayer martes 25 de abril, se hizo viral la carta dirigida al gobernador ALEJANDRO MURAT, en la que “explica”, el por qué no se reuniría con él, poniendo en entredicho su labor social y dejando entrever que su prioridad es estrictamente religiosa. Menciona al actual delegado de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), SAULO CHÁVEZ ALVARADO, como el interlocutor que lo invitó a conversar con el ejecutivo estatal hace un par de años. En el contenido de una carta que en las redes sociales generó una gran controversia, afirma que “sólo necesitaba dos días” para llevarle al gobernador el mensaje de Jesús y, posteriormente, augura ya el fin del PRI y la obligada revisión de cuentas cuando MURAT HINOJOSA deje la gubernatura.

SOLALINDE no se aparta del esquema, tan común en nuestro medio, de la labor religiosa disfrazada de protagonismo político y hasta de militancia. Es, como muchos lo han dicho, un verdadero “chivo en cristalería”. Ya es común su afán de descalificar a los gobiernos y hacer caso omiso de la crítica de aquellos que lo han calificado como un pionero de la ilegalidad, pues hay quienes pudieron constatar que en la famosa “Bestia”, siempre llegaban migrantes “etiquetados”, que luego de ser recibidos en Ixtepec, eran conducidos por la ruta de Los Mixes, para llegar a los Valles Centrales de Oaxaca. A esa vía migratoria la han llamado justamente: “la ruta Solalinde”.

Bien protegido por elementos de la Policía Federal, luego de amenazas de muerte y como corolario de su Premio Nacional de Derechos Humanos, SOLALINDE GUERRA deja entrever que un berrinche, un desfiguro y la negativa tácita del gobernador MURAT HINOJOSA para hablar de religión, habida cuenta de la realidad lacerante que vive la entidad en diversos rubros, fueron motivos suficientes para que el defensor de los migrantes declinara la entrevista. Es decir, el hígado y luego la razón. Sus devotos, fans y seguidores deben estar hondamente preocupados por estos desplantes infantiles. (JPA)

 

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