Se calienta la plaza
POLÍTICA DE SUMA CERO
Hay que tener en verdad los pantalones demasiado guangos para afirmar que la percepción de la inseguridad en Oaxaca es puramente “mediática”, como sostuvo en entrevista el Secretario de Seguridad Pública, JOSÉ RAYMUNDO TUÑÓN JÁUREGUI. Dice el dicho que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. La ejecución ayer de WILFRIDO SÁNCHEZ CRUZ, hermano de MARCO ANTONIO, Secretario de Finanzas de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), actualmente privado de la libertad en el penal regional de Miahuatlán de Porfirio Díaz, vuelve a poner sobre la mesa, la triste realidad oaxaqueña.
Ya no es sólo la denuncia de la infiltración de bandas locales y damas de pelo en pecho, que mantienen asolada la región de San Francisco Ixhuatán y Reforma de Pineda, a quienes se atribuye el multihomicidio de ocho personas en cercanías de Rincón Juárez, o del ajuste de cuentas entre huachicoleros originarios de Palomares, tres de los cuales fueron encontrados con el tiro de gracia en el camino que conduce de El Mezquite y Asunción Ixtaltepec o las demás ejecuciones que se han dado en los últimos días, sino el homicidio de uno de los principales dirigentes del sector transporte de la CTM, cuyo hermano fue detenido y consignado por diversos delitos.
Es decir, las ejecuciones se llevan a cabo en la capital o el área conurbada. Dos personas ampliamente conocidas han sido asesinadas en las últimas semanas. Primero fue el doctor LUIS JOSÉ LARUMBE MENDOZA y después, el empresario PEDRO FRANCISCO SILVA CANCINO, quienes fueron ultimados en la Colonia Reforma. El primero por la tarde y cuando salía de su consultorio; el segundo, se dice que fue torturado en el interior de su domicilio. Ayer fue WILFRIDO SÁNCHEZ, quien viajaba solo en su vehículo, cuando presuntamente siacarios a bordo de una moto le dispararon hasta quitarle la vida. Este panorama criminal no es normal en Oaxaca. Es síntoma de que las instancias correspondientes no están haciendo su trabajo.
Insistimos: la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de TUÑÓN JÁUREGUI y la Policía Estatal, bajo el mando del Comisionado, JOSÉ ANICETO SÁNCHEZ SALDIERNA, tienen una gran responsabilidad, mucho más allá que levantar borrachos en el operativo alcoholímetro o asegurar carros con reporte de robo. Sólo entre la semana del 26 de febrero al 4 de marzo se cometieron 30 ejecuciones. Y ello no es la percepción mediática. Es una cruda y lacerante realidad, de que nos encaminamos a los mismos escenarios que otros estados, en donde la muerte tiene permiso. (JPA)