S-22: ¿Más de lo mismo?
RAÚL NATHÁN PÉREZ
1).- Radicalismo enfermo
El sábado 21 de enero se eligió nuevo dirigente del Cártel-22. Eloy López Hernández, del sector Chalcatongo, es el nuevo Secretario General. ¿Méritos? Es egresado de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, Guerrero –la más radical y “enferma” del sistema de normales rurales del país- y promotor del affaire Nochixtlán. Se dice que no es ni “pozolero ni pelón”. El Secretario de Organización, Genaro Martínez Morales, se identifica con el primer apelativo. En su primera aparición pública, izquierda levantada –aunque la quincena segura la cobren con la derecha- volvieron a la carga con el trillado tema de las Reformas Estructurales. Es decir, siguen en las mismas –aunque sin duda maiceados- no obstante las concesiones otorgadas por el gobierno federal y el de Alejandro Murat. Mil millones de pesos para regularizar cerca 6 mil plazas. Una bofetada a nuestra devastada economía.
Aunque con un proceso terso, el nuevo Comité Ejecutivo Seccional (CES), se estrena en un ambiente hostil. Falta de convocatoria, división y acusaciones de traición a la dupla Rubén Núñez/Chico Villalobos. Nada nuevo: así fue con Enrique Rueda, Ezequiel Rosales y Azael Santiago Chepi. Recién hubo purga de presuntos traidores. Les aplicaron el principio rector 20. Y no es nada fortuito. Algo deben haber pactado con Luis Enrique Miranda Nava, luego de sus vacaciones pagadas en el penal de Hermosillo y su cuestionada libertad. La corrupción y la demagogia flotan como nata perniciosa. Carmen López Vásquez, “La Jicayán” y Norma Cleiver Vásquez, tienen órdenes de aprehensión ¿Por qué no se las han ejecutado? Obvio, ahí hay gato encerrado. Pero hay algo más que siguen ignorando el CES y sus células: frente al pueblo oaxaqueño, su imagen está por los suelos. Ganapanes, vaquetones, revolucionarios de banqueta, convenencieros, oportunistas, terroristas encubiertos con el manto de la libre expresión, víctimas perpetuas, etc. Son algunas de las glorias que les cuelgan.
2).- El MDTEO desgastado y desfondado
Si bien es cierto que la práctica del chantaje, de victimización y de su estrategia de movilización-negociación-movilización, les ha funcionado de maravilla, lo cierto es que el MDTEO ya fondea en el anacronismo. Ya no permea socialmente como un movimiento genuino. Va con todo y contra todos. Hay que recordar el sitio que impusieron al estado desde junio a septiembre de 2016. El pueblo demandó aplicar la ley. Se pidió incluso, que el Ejército Mexicano restituyera el orden. Y es que el magisterio, además de las banderas habituales: Reforma Educativa, Reformas Estructurales, el gasolinazo, tiene dos más: “los 43” de Ayotzinapa y Nochixtlán. Lástima que en los dos haya más dudas que certezas. Opacidad, cerrazón, sospecha. Sólo convencen a las atolondradas comisiones y organismos de derechos humanos, en donde devienen plañideras y de carniceros, en inocentes reses.
El 21 de julio de 2015, el gobierno federal, a través de Gabino Cué, le asestó un golpe demoledor a la S-22: le quitó el control del IEEPO, que había mantenido desde el 28 de octubre de 1992. El golpe fue aturdidor. Pero no contábamos con un enemigo letal: la complicidad del gobierno federal, a través de Miranda. Doble juego; doble moral. La ciudadanía aplaudió la purga de recomendados y complicidades. Pero no se atendió desmantelar la base. Las células de directores, supervisores, jefes de sector, etc., siguió igual. Ahí continuó incubándose el huevo de la serpiente. Y el mamarracho conocido como Programa para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO), más para adoctrinar que para enseñar, tomó fuerza. El nuevo dirigente, Eloy López, es promotor del mismo. Pertenece a la Liga Clasista Magisterial y Popular, engendro de Rosales Carreño. Aquel que sucedió en el cargo al corrupto Rueda Pacheco, impulsor del infierno social, conocido como conflicto de 2006. Es el bagaje, con su consabido tema de Ayotzinapa y Nochixtlán, que trae el nuevo dirigente, el mismo que fue apoyado por el grupo de “Los Garrapatos”, de Horacio Pineda, del Istmo.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— La clase política oaxaqueña padece un síndrome irreversible. Estar en la mal llamada “prensa nacional” es conditio sine qua non de crecimiento, de posicionamiento, de prestigio. Aunque en los perfiles del lector —de dichos medios capitalinos— les valga gorro lo que pase o no en el estado. Son los fuegos fatuos que produce la ignorancia o la novatez. Los medios no votan en efecto. Aunque sí vetan. La pelusa local se mira con el rabillo del ojo. Es camino andado. Pecattaminutta. Ahora hay que ir en sentido inverso. Altitud de miras, pues. Atisbar un horizonte promisorio en un país devastado ¡Pobre Oaxaca! ¡Tan lejos de Dios y con una clase política amateur, que se sueña en las grandes ligas!
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