PRI: ¿Cambiar para seguir igual?
Raúl NATHÁN PÉREZ
1).- Un aidememoire para amnésicos
En 2010, luego de la derrota, la dirigencia estatal del PRI devino un refugio, un bastión y coto del equipo perdedor. El exgobernador Ulises Ruiz blindó a sus leales. Les entregó el Comité Directivo Estatal, sin más. Éste devino especie inexpugnable, cerrada, inaccesible. El grupo liderado por Eviel Pérez Magaña se encerró y se cerró a todo contacto exterior. Ello motivó la inconformidad de ciertos grupos. Aparecieron corrientes críticas; facciones disidentes. Un desfile de delegados del CEN que se iban como llegaban: por patas. Viejos zorros como Salvador Sánchez naufragaban en un mar encrespado de grillas, reclamos, vendettas. Otros de colmillo retorcido como Melquiades Morales, Fidel Herrera, René Juárez, entre otros, se asumían amateurs en un partido pulverizado, particularmente seccionado en dos: los leales a J. Murat y los de Ulises Ruiz.
El arribo de Héctor Anuar Mafud a la dirigencia estatal, fue visto –al principio- como una decisión salomónica. Un dirigente que podía aglutinar a las fuerzas dispersas. Un priista proclive al diálogo. Un espécimen de la vieja guardia. Una cobija bastante meada, capaz de acotar el vendaval de ambiciones desatadas entre las facciones, que bien podían llevar al PRI al precipicio sin renunciar a ellas. Empero, luego habrían de aparecer los viejos moldes autoritarios; el hastío; una opacidad mediática. El tricolor mostraba los síntomas propios del desgaste, del tedio, del cansancio. Ni nota ni entrevista. Sólo información subrepticia por si alguien la pescaba. Los contados eventos partidistas se hacían en secrecía, casi a hurtadillas. La parálisis, la falta de imaginación y la imagen de un partido necrosado se advertía a distancia. Previo y aún en los trabajos de registro de la candidatura y las premisas del arranque de la campaña de Alejandro Murat, el PRI parecía llevar su juego aparte. Una dualidad inédita, atípica, poco institucional.
2).- Avilés: el relevo largamente anunciado
El cargo de coordinador de la bancada del PRI en la improductiva y “madrugadora” LXII Legislatura –por el madruguete propinado a la S-22- sólo fue un relax para Alejandro Avilés: seguía operando exoficio cuestiones del tricolor. Originario de Tezonapa, Veracruz, pero oaxaqueño como los de Loma Bonita, ha tenido una buena imagen: es un buen operador; pero también una mala: a todo le pone precio. Tiene fama de mercader. Es un político pragmático y eficaz estratega electoral. Podría decirse que es en el tricolor un mal necesario. Comparte con el desaparecido Carlos Hank González la tesis de que “un político pobre es un pobre político”. Es hábil como pocos. Antes del “destape” de Alejandro Murat, bailaba con la habilidad de “Resortes” en dos pistas: la de Murat y la de Ulises, sin chamuscarse ni comprometerse. Después bailó sólo en la del primero. También ha sorbido la amargura de la derrota. Perdió la federal en el distrito de Teotitlán. En los procesos electorales se mueve como pez en el agua. Ha dejado boquiabiertos a algunos, como Melquíades Morales; a otros, les ha generado recelo y hasta envidia. En efecto: no hay cinismo sin chispa ni inteligencia.
El arribo de Alejandro Avilés a la dirigencia estatal del PRI era un tema ya trillado. Se sabía con antelación, pero no cuándo. Lleva como secretaria general a Mariana Benítez ¿Un aire renovador al anquilosado y acartonado partido? Es posible. Lo es también que sea nueva dirigencia en un partido viejo; de viejas mañas. Ergo: vino nuevo en odres viejos. Sin embargo, el relevo era obligado y necesario; impostergable y urgente. No una especie aparte, sino un eje indiscutible de las campañas políticas. Una entidad que camine en paralelo o en traslape. El relevo se dio justo en el arranque de la campaña de Alejandro Murat. Buen síntoma. Sólo se espera que el PRI deje atrás esos viejos moldes; ese perfil de cerrazón y autoritarismo. Tampoco que vaya operar como oficina recaudadora o venta de candidaturas, que eso sí puede tener un efecto boomerang para el triunfo.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— Y volvió a las andadas el Cártel-22. Fueron 22 bloqueos carreteros y en la ciudad el viernes 15. Se hizo viral en las redes sociales la urgencia de que los candidatos a la gubernatura se pronuncien respecto a los bloqueos. Pero en plena campaña, ¿saben cuándo? De lo que no hay duda es que el primero que se reivindique con la sociedad y comparta el hartazgo ciudadano, ése logrará ventaja en las urnas. Endurecer penas y salvaguardar el Estado de Derecho es la prioridad en Oaxaca, no promesas fatuas.
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