Perdida de la confianza

El Canto del Búho
Pedro Botero

Tanto en el escenario laboral  como en lo familiar o personal, la confianza es un valor básico. Quien carece de la confianza como un valor básico, la interacción  entre los individuos se torna muy difícil.

Tanto en lo laboral, como en la familia, y en el tema que nos ocupa, en la política, cuando se pierde la confianza, vienen las repercusiones para los involucrados.

Dejar la responsabilidad de un negocio, o en el caso de la política, de un cargo publico, es por la confianza depositada en la persona que se cree conocer. El tiempo pone a cada quien en su lugar.

Depositar en alguien, sin más certeza que la buena fe, el resultado puede ser funesto.

Un montón de riesgo y otro montón de esperanza, el resultado no siempre es halagüeño.

Todo lo anterior lo traigo a colación, por  lo que vive MORENA en Salina Cruz, y quizás en otros municipios o estados del país.

Fue tal la vorágine que provocó el fenómeno AMLO, que, al tratar de sumar por el triunfo de la presidencia del país, no se midieron los riesgos de esa suma; el montón de esperanza fue mayor que el montón del riesgo.

Veamos un ejemplo:

En Salina Cruz, los que deciden en ese Distrito, y en la región del Istmo de Tehuantepec, ante la falta del recurso humano, eligieron no al mejor de los candidatos, quizás al menos peor, y en el ultimo de los casos, aquellos que le apostaron al milagro llamado AMLO. No tenían nada que perder y mucho que ganar.

Antonino Morales y Salomón Jara, llevaron mano en las designaciones. El primero, sugería, el segundo, palomeaba. 

Así surgieron los nombres de aquellos que a la postre resultaron Presidentes Municipales de “Chiripa”.

Como dicen los chavos de ahora: ”Ni soñaban con esto”.

Personajes improvisados, sin preparación, faltos de calidad moral, de talento, se apuntaron y llegaron.

Llegaron aquellos que no tenían nada que perder y mucho que ganar, gracias al efecto AMLO.

Quizás, de lo malo, eso no lo es tanto. Bueno, esas improvisaciones y carencia de aptitudes, ahora las padece la ciudadanía. Aquellos que creyeron en el proyecto de AMLO y los candidatos de MORENA.

Lo peor, es que algunos de esos personajes se la creyeron. Con decirles, que ahora se sienten inmortales. Ver para creer.

Diría, Denise Maerker, en su entrega de ayer: Hay dos clases de personas; “Aquellos que no saben y aquellos que no saben pero que creen que saben.

Entre sus sueños, creen que llegaron por su persona y que no se la deben a nadie. Vaya desfachatez.

Algo así como aquellos maridos que son unos “baquetones” ( baquetón: significa vago; holgazán… relacionado con el significado cubano: “descarado”.

En palabras del Notario,  que en paz descanse,  Manolo Toledo, sería: “No sirve pa´nada”.

Si volviera a nacer, al conocer los resultados de su ex pupilo, se volvería a morir. Estoy seguro. Con el respeto de sus seres queridos.

Pero coligado a eso, además  de “baquetón”, traidor y malagradecido . Uff… vaya problema. Bueno, eso aseguran sus “amigos” de Morena y uno que otro priísta.

Ese es el caso del Edil de Salina Cruz, Juan Carlos Atecas. Priísta de toda la vida.

Juan Carlos, llega a la candidatura gracias a  Antonino Morales Toledo, líder fundador de FUCO, ex diputado federal y dos veces presidente municipal de San Blas Atempa.

Brazo derecho y hombre de todas las confianzas del Senador de la República, lo llevó de su mano ante Salomón  Jara. 

En el argot político, se dice: “Se la debe a Nino”.

Al ganar la presidencia municipal, gracias a AMLO y a la estructura y dinero de FUCO, Juan Carlos Atecas, marcó su territorio con quien lo llevó a la presidencia.

Lo mismo hizo con quienes lo acompañaron y aportaron en ese proyecto, Amigos de toda la vida.

Pero bueno, la historia es larga, y el espacio es corto.

Vayamos al punto:

Al principio del 2019, su primer año de gobierno, las invitaciones del líder de FUCO y del mismo Senador de la República para Juan Carlos Atecas, eran puntuales. Se le requería en los eventos.

El Presidente, envalentonado, se daba el lujo de no asistir o hacerse del rogar.

Después vendrían las filtraciones de documentos, de dinero presuntamente otorgado al Senador de la República. Cosa que fue registrada como los primeros casos de traición.

A finales del 2019 y lo que va del 2020, aquellas invitaciones dejaron de llegar. Atecas, sin invitación, se hace presente en los eventos de MORENA y del Senador Salomón Jara.

Me aseguran los que saben, que Atecas, a los eventos, se invita solo. Ya no es requerido. Le perdieron la confianza. Al igual que sus amigos de siempre.

En los próximos meses, Juan Carlos Atecas, empezará a vivir la peor de sus soledades.

Con todo y a que acostumbra a platicar a sus pocos allegados: “Me necesitan para el proyecto a la guberntaura, así que me tienen que aguantar”. 

Lamentable, cuando tuvo todo para tener una carrera política exitosa.

Reitero, quien carece de la confianza como un valor básico, la interacción  entre los individuos se torna muy difícil.

Lo más grave. Los MORENOS, tienen datos de  que Atecas, ya tiene acercamiento con sus amigos tricolores. Ante el enfriamiento de la distancia, el neo morenista Atecas, retoma los hilos de amistad con quienes fueron sus “Jefes” políticos en el  Revolucionario. Lo tienen registrado en MORENA.

Como dicen algunos: “Cuando se pierde la confianza se pierde la esperanza, la seguridad, el encargo y la espera”.

En próximas entregas, abundaremos de la traición. Recordemos, cuando el sujeto percibe que ha dejado ser merecedor de confianza, suele reaccionar a vote pronto sin medir las consecuencias. Así las cosas.

Por hoy es tocho. Recuerden, cuando el Búho Canta el indio muere. Pd.- La ciudad de Oaxaca vivió en días pasados, uno de sus peores días. Los grupos que se van, sin pensar en quien los puso en ese lugar, desquiciaron la capital enseñando el musculo. Se resisten a dejar la ubre del gabinete. Esto se llama traición al Jefe. Los apaga fuego de la Segego, son los incendiarios del momento. Quieren “espantar con el petate del muerto” a quien gobierna y ordena en Oaxaca. “Cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde.” Diría el clásico: “Ya bailaron y ya mamaron…” los cambios van.

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