Oaxaca: Seguridad cero

POLÍTICA DE SUMA CERO

No obstante la patética inseguridad que se vive en la entidad, tal parece que la tríada que maneja el área correspondiente en el gobierno de ALEJANDRO MURAT HINOJOSA, minimiza los hechos y sigue viviendo en su nicho de confort y autocomplacencia. La semana pasada, a menos de 24 horas después de que fue arrojado un cadáver desmembrado en calles de la ciudad y de la reunión del Grupo de Coordinación Oaxaca, fue asesinado el empresario, PEDRO FRANCISCO SILVA CANCINO. A poco de conocerse este hecho, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPO), JOSÉ RAYMUNDO TUÑÓN JÁUREGUI, afirmó que en materia de seguridad “no vamos tan mal”. Tal parece que su declaración fue profética, pues en la tarde del mismo día en que se celebró el aniversario de la PABIC, fue asesinado ALFREDO RAMOS VILLALOBOS, ex diputado local del PRI y dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), en Matías Romero.

Si bien es cierto que el fin de semana pasado TUÑÓN JÁUREGUI reconoció un incremento en la violencia en Oaxaca, en al menos un 15%, tambien insiste en no reconocer que Oaxaca ya está en el mapa del crimen organizado y no de bandas comunes de delincuentes que sólo se disputan espacios. Lo hemos dicho hasta el cansancio: de no tomarse las providencias necesarias, pronto estaremos como en Guerrero. Ayer domingo por ejemplo, la preocupación y la zozobra volvió a la zona istmeña. Precisamente en las poblaciones limítrofes con Chiapas. En un camino de terracería entre las comunidades de San Francisco Ixhuatán y Rincón Juárez, perteneciente a Santo Domingo Zanatepec, se dio el hallazgo de una camioneta de redilas, con al menos siete personas, todas del sexo masculino, ejecutadas. Según los primeros informes, todos tenían el tiro de gracia en la nuca.

¿Es esta situación un buen síntoma para la promoción de las inversiones que ha hecho el gobernador ALEJANDRO MURAT, sobre todo para la Zona Económica Especial de Salina Cruz? Por supuesto que no. Nadie en su sano juicio querrá invertir un peso en un territorio en donde ya se asientan los cárteles de la droga, con su secuela de asesinatos, ejecuciones, extorsión y secuestros. El sábado anterior, dos hermanos fueron asimismo ejecutados en la Séptima Sección de Juchitán de Zaragoza que, en materia de estadísticas, se ha perfilado como una de las ciudadades más violentas de México. Esto, por supuesto, no puede minimizarse. No se trata de querer negar lo evidente ni hacer oídos sordos de lo que está más que visto, juzgado. (JPA)