OAXACA 2015: Elecciones bajo fuego (II de III) * Isidoro YESCAS

Isidoro YESCAS

(Segunda de tres partes)

La decisión para que finalmente el gobierno federal asegurara la celebración de los comicios, mediante la presencia masiva de la policía federal y el ejército, se tomaría  tres o dos días  antes del 7 de junio.

Pero los últimos en enterarse de la determinación tomada entre el gobierno federal y los consejeros del Consejo General del  INE fueron los consejeros locales y distritales de Oaxaca. Así, ignorados por el mismo Vocal Ejecutivo, Roberto Heycher, y en un desesperado intento  para  hacer valer sus   disminuidas atribuciones, un día antes de la realización de la jornada electoral, tres consejeros locales y 21 consejeros distritales de Tuxtepec, Teotitlán de Flores Magón, Tehuantepec, Juchitán, Oaxaca de Juárez y Pinotepa Nacional, dirigieron una carta al consejero presidente del Consejo General del INE, Lorenzo Córdova, para manifestarle que la presencia de fuerzas federales y del ejército en Oaxaca “provoca  un clima de psicosis, atemoriza a la población y envía un mensaje muy peligroso en materia de cultura política a la población oaxaqueña. “.

Con esta consideración, le solicitaron en la misma carta: “Se reconsidere si efectivamente existen las condiciones adecuadas para la celebración de las elecciones federales “y “se garantice la seguridad e integridad física de los ciudadanos que amablemente facilitaron sus domicilios particulares para ubicar las casillas, la de los funcionarios de las mesas directivas de casilla”, y todo el personal contratado por el INE para organizar las elecciones. Finalmente, los consejeros y consejeras solicitaron a Córdova valorar la posibilidad de posponer las elecciones.(Carta  a Lorenzo Córdova, 2015: junio 6 ).

Con estos antecedentes, y sin que el presidente del Consejo General del INE hubiese respondido la carta de los consejeros y consejeras,  72 horas antes de la jornada aproximadamente  20 mil   policías de la PFP, Gendarmería  Marina y elementos del ejército arribaron a la ciudad de Oaxaca y casi de inmediato las sedes del consejo local y consejos distritales fueron desbloqueados por la sección 22 del SNTE  al igual que la refinería de PEMEX de Salina Cruz. El abasto de gasolina, suspendido por el cierre de la refinería de PEMEX y la ocupación de las gasolineras también se restableció.

Sin embargo, aún bajo estas circunstancias, la violencia y los actos de vandalismo de los grupos radicales del magisterio se volvieron a expresar el día de la jornada electoral , esta vez mediante el hurto de paquetería electoral, la destrucción e incendio de casillas y el robo de boletas, fundamentalmente.

En esta ambiente de violencia, miedo, zozobra, crispación, provocado lo mismo por el activismo magisterial que por los intermitentes patrullajes que por tierra y aire llevaron a cabo las fuerzas federales y el ejército se desarrolló la jornada electoral que no solamente retrasó la instalación  de casillas sino que ahuyentó a un buen número de funcionarios de casilla y electores y arrojó como  saldo los siguientes incidentes reportados al término de la jornada por el presidente del Consejo local, Roberto Heycher: 190 mil boletas destruidas ; de un total de 4 mil 985 casillas se instalaron 4 mil 710 (94.48 %); 283 casillas quemadas; en 26 casillas se sustrajo documentación electoral; se suspendieron elecciones en 75 casillas y 56 no se instalaron. (Noticias, 2015: 8 junio).

En total, y de acuerdo al reporte de incidentes presentado ante el Consejo local del INE al término de la jornada electoral, se registraron un total de 612 incidentes, destacando entre estos incidentes la suspensión definitiva de la votación por destrucción de material y documentación electoral  en 211 casillas y por riesgos de violencia en otras 131, así como la no instalación de 136 casillas.

Distribuidos por distritos, los que reportaron el mayor número de incidentes fueron Teotitlán de Flores Magón (130), Juchitán (93), Pinotepa Nacional (92) y Tehuantepec con 59. (Incidentes en casillas, INE, 2015: junio 6)

En el  recuento oficial de daños e incidentes  que en ese momento se reportó faltaba  incluir el número de inmuebles saqueados e incendiados así como  el número funcionarios de casilla que por temor a ser agredidos  no se presentaron de última hora a abrir las casillas y  si para su sustitución el INE se había sujetado  a lo establecido en la LEGIPE.

Según fuentes extraoficiales del gobierno del estado, las fuerzas de la PFP y la Gendarmería así como del ejército, solo tenían la  instrucción de desalojar y enseguida resguardar  las instalaciones del Consejo local y los once consejos distritales así como realizar patrullajes  por aire y tierra, como en efecto ocurrió. Y si no  cuidaron las casillas fue porque de esa tarea se había responsabilizado el gobierno del estado, a través de la policía estatal, actividad que además de  deficiente  fue rebasada totalmente.

Eso pudiera explicar parcialmente el por qué  en los  múltiples incidentes registrados el día de la jornada –sobre todo en la ciudad capital y otros cinco distritos electorales- ni las fuerzas federales ni el ejército intervinieron, dejando así prácticamente en libertad  que  los grupos de choque y brigadas del magisterio insistieran  en boicotear a toda costa la jornada electoral.

Aunque el boicot no implicó la suspensión de la jornada electoral en ninguno de los 11 distritos , si se toma en cuenta que tanto en Teotitlán de Flores Magón como en Juchitán el porcentaje de casillas no instaladas rebasó el 20 por ciento, la conclusión es que toda la estrategia desplegada por la sección 22 del SNTE si  impactó fuertemente en la organización de los actos previos a la jornada, y en la jornada misma , pues no solamente dejaron de instalarse 185 casillas con lo cual se  impidió que miles de ciudadanos no pudieran sufragar, sino también hubo casillas, cuyo cifra  oficialmente no se dio a conocer, que se instalaron hasta tres o cuatro horas después de las ocho de la mañana, y otras más que operaron en forma irregular. A todas estas irregularidades habría que sumar  la  destrucción  de material y documentación electoral. Todo ello, por supuesto, canceló y limitó fuertemente la participación ciudadana y  la restó certeza  al  ejercicio libre del sufragio.

*Resumen de la ponencia presentada en el XVI Congreso Nacional de Estudios Electorales convocado por la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales y la UANL, celebrado del 14 al 16 de octubre en Monterrey, Nuevo León.

Consulta la primera parte publicada en:

Elecciones bajo fuego. Primera de tres partes