Murat: Hacia una nueva relación con la Federación
Oaxaca arrastra una especie de mal fario en su relación con el gobierno federal. La mala racha empezó con ERNESTO ZEDILLO y VICENTE FOX, justo cuando JOSÉ MURAT, padre del hoy gobernador electo, cumplía su período. El priista ZEDILLO siempre nos vio con el rabillo del ojo. Con FOX, incluso las protestas del gobernador MURAT se trasladaron a la Ciudad de México, ante la discriminación y el desprecio con el que nos trató, desde el punto de vista de los recursos, el entonces presidente de México. El reclamo del adeudo histórico de la Federación con Oaxaca, simplemente fue minimizado.
Con ULISES RUIZ (2004-2010), las cosas no mejoraron un ápice. Fue esa pésima relación la que permitió que el conflicto del 2006 se exacerbara. RUIZ estuvo a punto de caer, gracias a los oficios del tristemente célebre ex Secretario de Gobernación de FOX: CARLOS ABASCAL CARRANZA, que prefirió seguir a pie juntillas las maquinaciones del entonces cabecilla de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), FLAVIO SOSA VILAVICENCIO, a) Don Flavio, que en responder a la petición de paz del pueblo oaxaqueño. La permanencia de URO fue una especie de moneda de cambio: la bancada del PRI reconocería el triunfo de FELIPE CALDERÓN, como presidente de México, si el PAN validaba prácticamente las atrocidades que se le acuñaban al de Chalcatongo.
El gobernador GABINO CUÉ corrió con una suerte similar. Emanado de una coalición de partidos que lo llevaron al triunfo, la cual fue maquinada justamente en Los Pinos, tampoco tuvo con FELIPE CALDERÓN una relación institucional de apoyo al pueblo oaxaqueño. El 15 de febrero de 2011, en su primera visita a la capital del estado, el presidente emanado del PAN probó en carne propia los excesos de uno de los aliados más incondicionales de CUÉ: la Sección 22. Fue debut y despedida: jamás se volvió a parar en Oaxaca. El magisterio ha sido una permanente amenaza. Igual ha boicoteado las anunciadas visita del presidente ENRIQUE PEÑA NIETO.
La reunión que sostuvo hace unos días el gobernador electo, ALEJANDRO MURAT con el presidente PEÑA NIETO, y el ofrecimiento de éste de trabajar en favor de los oaxaqueños, ha despertado grandes expectativas. ¿Será éste el fin de ese mal fario que nos ha mantenido no sólo lejos de los afectos presidenciales sino casi fuera del Pacto Federal? Es posible. La cercanía y amistad entre ambos, con certeza se convertirá en un aliciente para nuestro estado. Pero habrá que aprovecharlo al menos los dos próximos años. (JPA)