Morena y su galimatías
1).- Los (as) palomeados (as)
Los (as), elegidos (as) por el Consejo Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena): Susana Harp y Salomón Jara; Irma Juan Carlos y Armando Contreras tienen algo en común. Son legisladores. Sumisos e incondicionales de AMLO y la 4T. Los primeros en el Senado; los segundos en la Cámara de Diputados. Se trata del primer filtro. Y los dados lucen cargados. ¿Se analizaron perfiles y experiencia; militancia y estructura? Lo dudo. La cargada ya está en curso. ¿Se analizaron las cartas de todos (as) los que se registraron bajo el prisma de la equidad y la imparcialidad; de la lucha de Morena contra ancien régimen o en otras trincheras de la izquierda? Obviamente no. La línea –presumo- pone en riesgo la unidad. Hasta que no se definan quiénes estarán como candidatos externos, la lucha interna será entre dos. Los otros van de relleno. La estocada final será la definición de género. Ni encuestas ficticias ni consultas cuchareadas.
2).- El triunfalismo a cuestas
La decisión de que el nombre del candidato (a) de Morena, se sepa hasta el límite, el 15 de marzo de 2022, es una postura autoritaria, vertical y torpe. Estirar la liga hasta que el gran elector decida. El desgaste inició desde hace mucho. La guerra sucia entre simpatizantes de Salomón/Susana advierte fractura, inconformidad y resistencia. Pero el delegado de Morena, el ex priista, Óscar Cantón Zetina, recién pidió unidad, respeto y tolerancia, que son como llamadas a misa. Grupos feministas empiezan a victimizar a la senadora Harp. Cuestión sólo de imaginar si la candidatura no la favorece. Arderá Troya. Mientras, el dirigente estatal y diputado local –que baila en dos pistas- Sesul Bolaños, trata de batear a los aliados: PVEM y PT. Es decir, ni Raúl Bolaños Cacho Cué ni Benjamín Robles entran en su esquema. Ergo: Morena es omnipotente y omnipresente. En Oaxaca –según él- sólo sus chicharrones truenan. Ninguno más.
3).- Noveles y fogueados
Lo dijo el mariscal prusiano Karl von Clausewitz: “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. Y se aplica hasta hoy. En lenguaje menos coloquial: “el que se lleva se aguanta” o “quien no quiera oler a cebolla, que no se meta a la cocina”. Aquí no valen las quejumbres ni melindres. La victimización por razones de género y demás, no son argumento para decantar la lucha interna. Salomón es políticamente fajador. Es una cobija bastante meada en estos temas. Contrasta con la carrera meteórica y limpieza, pero también inexperiencia de su correligionaria y compañera. Parafraseando al escritor uruguayo Horacio Quiroga (1878-1937): “hay que correr y abrir los codos para que no dejes avanzar al adversario”. La mesura de Susana contrasta con la desesperación y nerviosismo de su colega y puede hacer naufragar esperanzas, ilusiones o la bendición presidencial, de quien, hasta hace poco, era ajena a estos trotes.
4).- ¿Gracias por participar?
La guerra interna en Morena; la inminente fractura y pulverización; el desgaste y golpeteo de la dupla aludida, pueden abrir la puerta a una nueva opción. AMLO no querrá perder uno de sus bastiones. Su coto de poder y balconeo desde hace mucho. Su nueva visita está en puerta. Puede calentar o distender los ánimos. Evitando vaticinios o especulaciones, tan comunes en estos tiempos, ¿qué pasará si la buena es Susana, Salomón se quedará chiflando en la loma por segunda ocasión? ¿O qué pasará con los fans de la cantante, si es al revés? ¿Y el resto del directorio al que sólo le pasaron el dedo por la boca con el ardid de proceso interno equitativo e imparcial? Es posible que una coalición de izquierda se pueda cocinar, porque Oaxaca no está para experimentos. El citado partido está sembrando de frustraciones y víctimas el camino. Y en política, el resentimiento es arma letal. Nada más veamos lo que vive el país.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— Y los bloqueos en la capital y en carrereras de la entidad, así como el atraco en las casetas de cobro, siguen como la ominosa carta de presentación de Oaxaca, para propios y extraños. Desde diversos foros, comerciantes, empresarios, empleados y ciudadanos de a pie han dicho ¡basta!. Sin embargo, hay que reconocerlo, el miedo para aplicar la ley, es también el mayor síntoma de descomposición en el Estado de Derecho. Ni más, ni menos.
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