Mariana Benítez, ¿una tercera vía?
Una leída columna de un prestigiado diario del Distrito Federal publicó el pasado martes el trascendido de que, si la pugna entre los ex gobernadores JOSÉ MURAT y ULISES RUIZ, léase ALEJANDRO MURAT y EVIEL PÉREZ MAGAÑA, crece y no se ponen de acuerdo, la ganadora de este pleito puede ser la diputada federal MARIANA BENÍTEZ TIBURCIO. Tiene lógica, salvo un factor: el PRI oaxaqueño es terreno minado para quienes pese a tener la venia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), no cuentan con la simpatía –que no apoyo- de los verdaderos franquicitarios del tricolor oaxaqueño, que son, justamente, los ex gobernadores.
Hoy se explica el intenso activismo de BENÍTEZ TIBURCIO en todo el estado. Alguien le dijo que se moviera y le caminara. Y lo está haciendo. Es más, ya hasta dijo que sí quiere y puede y, para demostrarlo, publica su currículum académico y laboral. Sin embargo, en opinión de conocedores de dentro y fuera del PRI, la joven abogada, con reconocidos méritos académicos y experiencia profesional, está demasiado verde para mencionarla siquiera como candidata. Esto es: no cuenta con las tablas suficientes para gobernar este amasijo de problemas, conflictos, odios y encono que es Oaxaca. Sólo quien no conoce el estado puede opinar que gobernarlo es cosa simple. Desde el 2006, a mitad del gobierno de ULISES RUIZ, la gobernabilidad se convirtió en el colofón del chantaje y el Estado de Derecho es una ficción.
La diputada, sin duda alguna, tiene que madurar. En efecto, está en un importante momento político, pero apenas empieza a caminar y ya quieren que compita en el Maratón de Chicago. Suena más cuerdo que alguien con más tablas, luego de la desafortunada experiencia del gobierno actual, sea el aspirante del PRI. Nada descabellado suena por ejemplo, ubicar como la tercera vía en caso de que no haya acuerdos entre MURAT y ULISES, a ALFONSO GÓMEZ SANDOVAL, cuya experiencia en el servicio público y dentro de las filas del tricolor, nadie le puede regatear. Pero tal parece que Oaxaca sigue en el triste papel de “conejillo de Indias”, que todos quieren tomarlo como experimento.
Sería absurdo negarle a BENÍTEZ TIBURCIO sus méritos. Tampoco la juventud es sinónimo de torpeza, poca inteligencia o incapacidad para gobernar. Simplemente que las diferencias que se han labrado en los últimos años, sobre todo después de la derrota del 2006, advierten que superar la cresta que hace cinco años le diera el triunfo a GABINO CUÉ, es algo más que designar candidato, menos ante la posibilidad de que cuaje la alianza PRD/PAN. El PRI, fracturado como está no es competitivo. Así de simple. (JPA)