LXII Legislatura: Nadar de muertito
Cuando el PRI perdió la gubernatura en el 2010, ULISES RUIZ previó un descalabro mayor si la presidencia de la Gran Comisión del Congreso del Estado, llegaba a manos de los enemigos de su gobierno. Instruyó a su empleado, a la sazón presidente del Congreso, HERMINIO CUEVAS a modificar la ley y crear, en lugar de la Gran Comisión, la Junta de Coordinación Política (JUCOPO). El golpe fue letal a la soberanía de dicho poder, al pueblo oaxaqueño y a la esencia misma de dicha institución. Se convirtió en un ícono de la apatía y la irresponsabilidad; del servilismo y la voracidad. La LXI y ésta, entrarán en la historia política oaxaqueña, por la puerta trasera.
¿Hay algo que los oaxaqueños debamos reconocer a la gestión de ALEJANDRO AVILÉS, del PRI, primero en la línea como presidente de la JUCOPO o a JESÚS LÓPEZ RODRÍGUEZ, el segundo, del PRD, que en breve entrega la estafeta, luego de los tropiezos de sus antecesores, ANSELMO ORTIZ y FÉLIX SERRANO? ¿O a aquellos (as) quienes han presidido la Mesa Directiva, el mismo CHUCHO RODRIGUEZ y aún, LESLIE JIMÉNEZ VALENCIA, del PAN? La respuesta es no. Nada han aportado que no sea su propio desprestigio y banalidad. Pero también a la opacidad en el manejo de los recursos millonarios que se han auto-asignado, que contrasta con su torpeza en la tarea legislativa, que hasta la misma SCJN ha considerado “desaseada”.
La LXII Legislatura es un nudo de complicidades, de mañas y ambición. Si en la anterior legislatura el “pago por evento” apenas asomaba a la puerta, aquí se hizo una institución. Pero no a todos les llega parejo. Fuentes del Congreso revelan que en el PRI, los que parten, reparten y se quedan con la mayor parte son AVILÉS y ADOLFO TOLEDO, éste, en su papel de presidente de la Comisión de Fiscalización de la Auditoría Superior del Estado (ASE). Sus dietas al parecer les son insuficientes. El cochupo, el embute, el pago subrepticio son los ejemplos del más refinado ejercicio democrático.
El próximo domingo, como lo establece nuestra Constitución local, asume la presidencia de la JUCOPO, la diputada del PAN, NATIVIDAD ANTONIA DÍAZ JIMÉNEZ, que no es precisamente un ejemplo de experiencia legislativa ni, mucho menos, de solidez institucional. Todo cambiará para seguir igual… o peor. Paso a paso y de manera inexorable, esta legislatura se encamina hacia las atarjeas sinuosas de la tragedia oaxaqueña y el desprestigio. ¿Alguien sueña aún con otros cargos de elección popular luego de este paso oscuro y mediocre? Sin duda. El cinismo no es excluyente con la ficción. Pero no tienen la culpa nuestros diputados, sino quienes votan por ellos y quienes los mantienen con sus impuestos. (JPA)