Politica de suma cero 

Lorena Merino y sus farsantes

El tema de las falsas desplazadas triquis ya no causa indignación sino repudio entre la sociedad oaxaqueña. Los viejos abuelos, los ancestros de esta etnia deben estar revolcándose en su tumba: crearon una casta de parásitos, vividores, extorsionadores y criminales. Pero lo que más sorprende en este teatro del absurdo, es el fuego amigo; los torpedos del mismo equipo de gobierno que, se presume, deberían guardar un poco de lealtad al gobernador GABINO CUÉ. Sin embargo, no es de sorprenderse que los golpeteos a la administración estatal salgan de adentro. Los que conocen bien los ejes de diferentes corrientes políticas, la forma en que han operado antes y ahora incrustados en el  poder, que está por concluir, no es raro saber que los hilos manipuladores salgan de las mismas dependencias, como es el caso de las mujeres triquis que comanda LORENA MERINO MARTÍNEZ, quienes reciben líneas de dentro y obedecen dócilmente.

El subdirector general del nuevo IEEPO, JOSÉ DE JESÚS SILVA PINEDA, no es ajeno a lo que sucede con las organizaciones, con las que estuvo vinculado en su anterior desempeño, pero no tanto para apoyarlas en sus gestiones y proyectos, sino para sacar raja de ellas, como el caso de los grupos triquis, en particular el grupo de LORENA, que haciendo alarde de la mendicidad que caracteriza dentro y fuera de Oaxaca a los triquis, exige ya no las Perlas de la Virgen sino el mismo Ayate de Juan Diego. Sus peticiones rayan en el absurdo; en lo mordaz. Ya no generan opinión sino hilaridad. Los pobres indígenas, los desplazados, los explotados, ahora quieren vivir como en el primer mundo.

No es fortuito que MERINO MARTÍNEZ exija hoy lotes grandes, casas de dos pisos, con spa, capilla y granjas. En lo que no ha reparado la pseudo lideresa, es que en ninguna comunidad los quieren. Autoridades municipales y de bienes comunales de Valles Centrales, han rechazado su presencia en sus territorios. Y no por xenofobia, racismo o discriminación, sino por la mala fama que tienen. Donde quiera que van generan conflictos. No obstante, con esa impunidad que les otorgan las llamadas medidas cautelares, ayer miércoles sus huestes agredieron a la guardia del palacio de gobierno, sólo porque les impidió entrar al inmueble. Ellas no reciben aún sus lotes, según sus exageradas exigencias, tendrán que esperar hasta que la realidad misma haga conciencia en ellas. Pero lo sí es cierto, es que no se mueven por sí solas; alguien las induce y obliga. Se menciona a una trabajadora del mismo gobierno, GUADALUPE RUIZ, allegada de SILVA PINEDA, quien antes tuvo a su cargo el caso de los triquis desplazados, pero se lo quitaron. Por algo ha de haber sido. (JPA)

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