La moviliación nacional de la CNTE. Por Samael Hernández Ruiz

Por Samael HERNÁNDEZ RUÍZ

La detención de Heriberto Magariño López, dirigente de la Sección 22 en la región del Istmo de Tehuantepec, el pasado 10 de mayo del presente año, incrementó el temor de la dirigencia estatal en vista de que no es la única orden de aprehensión de que tienen conocimiento.

Hay que destacar que, en opinión de algunos militantes del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO), no dejarán de instrumentar sus acciones programadas, porque de lo contrario serían más vulnerables.

Dichas acciones, como se sabe, son principalmente dos:

Continuar con la “Jornada Nacional de Lucha” iniciada el 15 de abril con una campaña de organización, de agitación y convocando a la unidad magisterial popular y así construir una plataforma nacional de demandas para el fortalecimiento de la “Huelga Nacional Magisterial”

El estallamiento de la “Huelga Nacional Magisterial” que iniciará con  una marcha en la Ciudad de México que partirá a las 10 hrs. de la ex Normal Superior de México (metro San Cosme) a la Secretaría de Gobernación.

No obstante, la “Jornada Nacional de Lucha”, ha encontrado dificultades para lograr sus objetivos. Una de las dificultades, es la de no contar con una estructura organizativa nacional que articule el descontento de varias organizaciones, comunidades y población en general por diferentes motivos: los despidos en PEMEX y en otras empresas, la violencia del narcotráfico, la corrupción de autoridades municipales y estatales, grupos de campesinos que reclaman apoyos para sostener sus economías, incremento de carencias sociales en las poblaciones en situación de pobreza moderada y extrema, etc.

Los partidos políticos que podrían servir para tales efectos, como MORENA, por ejemplo, no están dispuestos a desantender los procesos electorales para entrar a la defensa de esos sectores de la población, más cuando, tanto la CNTE, como a Sección 22, se han negado a participar en las campañas de MORENA, sobre todo en Oaxaca.

El movimiento magisterial nacional está prácticamente aislado y se limita a los nichos tradicionales donde siembre ha operado. Este aislamiento, se explica por la actitud sectaria de la dirigencia de la CNTE y de la propia Sección 22, quienes sólo de dientes para fuera apoyan a otros sectores.

La Sección 22 nunca logró construir lo que llaman una “alianza clasista” con obreros, campesinos y la clase media, porque eso implicaba cambiar la táctica de paros y plantones que dejan en el abandono a los hijos de los trabajadores, esto último entraba en contradicción con la naturaleza del sistema de conflicto que domina la operación de la Sección 22.

Por otra parte, la condlictividad de la S22 sólo la regulaba su alter ego: su clientelismo, que la empujaba a beneficiar sólo a la clientela magisterial; prueba de ello fue cómo la dirigencia de ese sindicato dejó colgadas a las organizaciones de la APPO en el 2006 y más recientemente, cómo abandonaron al resto de los contingentes magisterial y populares en la toma de la Ciudad de México en el 2013.

De la CNTE hay que decir que siempre vivió a expensas de la Sección 22 que movilizaba a miles de maestros y aportaba recursos para las jornadas de protesta nacionales; pero ahora eso se acabó. El origen sectario de la propia CNTE, la mantuvo impermeable a las iniciativas de construir un frente nacional con los maestros de la disidencia del SNTE, esa política tendrá ahora sus efectos visibles.

Además de lo anterior, en Oaxaca pesa la amenaza de más detenciones, de los descuentos a ciegas del IEEPO y despidos que, si los hacen efectivos, tendrán dificultades para sustentarlos legalmente.

Lo anterior, no significa que el descontento social no sea importante. La posibilidad de emergencia de un movimiento fuerte que pueda escalar a nivel nacional, no se puede descartar. Por principio es posible que los estudiantes del IPN se sumen a la marcha de la CNTE el 15 de mayo, también es probable que algunos sindicatos universitarios hagan lo mismo, y desde luego las organizaciones que desde el nicho de la “izquierda dura” han participado.

Si la participación en la proxima movilización es considerable, no lo será por la CNTE, sino por el nivel del descontento popular; pero será, como siempre, una protesta desarticulada.

Mientras tanto los partidos políticos harán como que la virgen les habla. Se acabaron los tiempos en los que los partidos políticos abanderaban causas sociales; ahora sólo admiten transacciones que implique votos, puestos públicos o algún negocio; no son una expresión política de la ciudadanía, sino brazos del Estado para simularla, sólo y exclusivamente en el teatro electoral. Así están las cosas.