La guerra sucia y sus efectos
Raúl NATHÁN PÉREZ
1).- Los obuses de Robles
Cuando Gabino Cué llegó a Oaxaca con su Movimiento Ciudadano en 2001, jamás imaginó que su socio, Benjamín Robles Montoya, habría de convertirse no sólo en su más enconado detractor, sino en su juez más implacable. Le ha llamado criminal y corrupto. Así le paga el chilango haberlo hecho Jefe de la Oficina de la Gubernatura, Secretario Particular, Coordinador de los Módulos de Desarrollo Sustentable y, finalmente, senador de la República. Aquel colaborador “eficiente” –como le llamaba Cué al inicio de su gobierno- devino un Frankenstein. Una especie de onagro, cuya piel sigue destilando veneno. Sin duda participó en los enredos del noviciado; de los compromisos; de los cochupos, de los que hoy se deslinda. Y habría participado de las prácticas corruptas. ¿Acaso no pasó la charola a sus leales en ciertas áreas del gobierno, para el cochinito de la campaña al Senado?
Los dardos de Robles no sólo han tenido como destinatario a Cué, sino con mayor enjundia a José Antonio Estefan Garfias, candidato de la coalición “Con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca” y Jorge Castillo Díaz, “ministro sin cartera” del actual régimen. Sus recientes revelaciones de depósitos en el extranjero –como los tuvo Robles durante el gobierno de Víctor Manuel Tinoco Rubí en Michoacán- han tenido como propósito averiar el eje de flotación de la campaña del candidato del PRD-PAN. El hoy petista, en sus orígenes priista, luego convergente y más tarde perredista, sabe que no tiene posibilidades de ganar. No tiene estructura; no tiene nada. Su meta pues, no es la gubernatura: es sólo descarrilar a Estefan, exhibir a Gabino, balconear a Castillo y mostrarse a sí mismo, como el epígono de la pulcritud y las buenas conciencias.
2).- El papel de las redes sociales
Con la lectura de Manuel Castells, nos quedó claro que las redes sociales no sólo son factor del cambio social, sino una alternativa de contrapeso, desde la sociedad-red, para aquellos que han ostentado el poder. Una vía independiente, autónoma y combativa para promover la transformación del status quo. Pero también se advirtió de los riesgos. Su regresión hacia los caminos de la infamia y lo torcido. (Redes de indignación y esperanza, Alianza Editorial, Madrid, 2013, pp. 209-210). Sin embargo, las campañas electorales en curso han mostrado el lado más negativo de esos instrumentos de la era de la información. La malicia, la perversidad y los trascendidos subyacen en las redes sociales que, en otras circunstancias, podían ser instrumentos ideales de promoción política.
Hay un gozo insano en privilegiar lo trivial, lo intrascendente, el daño ajeno. Tuitear ha devenido –salvo excepciones- no un ejercicio del conocimiento y de la información, sino del escarnio público, de la ironía hiriente. Ganar el ciberespacio es lanzar como escupitajo, dardos dolosos, en el peor de los casos, en otros, chismes banales o frustraciones personales. Y no hay control. Todo puede hacerse desde el anonimato de una cuenta fantasma, un troll o un simple aficionado; periodistas devenidos tuiteros, que desde la ociosidad –que es madre de todos los vicios- y frente a su computadora, tableta o celular, avientan lodo a diestra y siniestra. Los mensajes que se generan de esa forma son millones en cada minuto. Un sólo sujeto puede pegar y lanzar miles en instantes.
3).- El entorno electoral y la guerra sucia
Los candidatos que están en la liza sucesoria: Alejandro Murat y José Antonio Estefan, son hechos a diario, cera y pabilo. La semana pasada previo y post debate televisivo, las redes sociales dieron cuenta de ambos, con una enjundia inédita. Las notas de diarios llamados con eufemismo nacionales, sirvieron como telón de fondo para el citado debate. Las notas de Reforma sobre los exfuncionarios devenidos operadores oficiales en la coalición “Con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca” (CREO), se hicieron virales en segundos. Las bondades son cosa simple; los golpes mediáticos se multiplican al momento. Es el morbo lo que prevalece. Hay un gozo enfermizo en todo lo negativo que se publica o trasciende de cada uno, como si ello fuera la condición del triunfo.
Existe una tendencia innata a privilegiar lo turbio de la política. Por ello, los fans de uno y otro o, en su defecto, los detractores, se lanzan a la yugular con un afán doloso. Por ejemplo en CREO le apostaban todo al litigio para desacreditar la candidatura de Murat Hinojosa en el TEPJF. Craso error. El cachorro ganó de calle. Repetir mil veces una mentira, por ejemplo -a la manera de Joseph Göbbels- para confundir o tergiversar la realidad, puede resultar un éxito de trolls. He ahí la importancia de canales eficaces de comunicación, que reviertan el efecto negativo de los trascendidos o rumores. Es evidente que las redes sociales no serán el factor de triunfo. Éste se dará en las urnas. Pero en el ínterin los mensajes pueden tener efectos letales.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— Insistimos. Oaxaca es hoy una de las entidades más violentas e inseguras del país. De aquel mito de la entidad segura, sólo queda la anécdota. Tres ejecutados en menos de 24 horas no es para echar las campanas al vuelo
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