Ingobernabilidad inédita
Oaxaca es hoy en día, la imagen viva de la anarquía y la ingobernabilidad. No se puede decir que el gobierno de GABINO CUÉ perdió el control. Nunca lo ha tenido. Pero en este fin de régimen tal parece que los demonios se soltaron. Cuando aún faltaba al medio año, fue el magisterio de la CNTE/Sección 22, liderado por testaferros de RUBÉN NÚÑEZ y FRANCISCO VILLALOBOS -mientras esta dupla pasaba su período vacacional en un penal de Hermosillo, Sonora, de donde los sacó el entonces Subsecretario de Gobierno de la SEGOG, LUIS ENRIQUE MIRANDA NAVA- el que puso al pueblo oaxaqueño contra la pared, con al menos tres meses de bloqueos carrreteros.
Hoy son los de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), encabezado por el enfermero MARIO FÉLIX PACHECO, quienes se le han montado a las barbas a esta agonizante administración. Y han hecho vivir un infierno a la ciudadanía con una impunidad insultante. Desde anteayer fueron los lacayos de ALBERTO PÉREZ BAUTISTA –hermano de AARÓN, que salió mal parado del Seguro Popular- dirigente de los trabajadores del Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”, los que le sumaron bonos a esta atonía gubernamental, dejando en el imaginario colectivo la idea de que cualquiera puede hacer lo que quiera. Nadie le exigirá cuentas.
Durante las últimas semanas el Sindicato “Libertad” y el Frente Popular “14 de junio”, han hecho su parte. Balaceras y enfrentamientos; incendio de unidades y agresión a la ciudadanía, han sido el quid de un sistema de transporte que se convirtió en refugio de delincuentes y franquicia de capos, como los LUIS MARTÍNEZ y sus sobrinos, los LUIS VILLASECA. El jueves, en un zafarrancho con los miembros de la CROC, a donde se afilió la hermana, MAYRA LUIS MARTÍNEZ, salió herido de bala otro de la misma estirpe: GUADALUPE LUIS MARTÍNEZ, a) El Viejo.
Ora son los habitantes de Asunción Nochixtlán los que exigen la entrega de recursos que les asignó la Federación; ora ciudadanos de comunidades en donde se eligieron autoridades por sistema normativos internos, es decir, por usos y costumbres. Ora son los de Santa María Mixtequilla que desde hace tres semanas no han soltado el tramo carretero que pasa por su comunidad o los vecinos de Salinas del Marqués imponiendo toque de queda en su comunidad, porque no quieren padecer lo que Tuxtepec: una matazón de parte de grupos criminales que hacen suponer que dicha ciudad se ha convertido en plaza de sicarios. Todo, concatenado, ha hecho de nuestro Oaxaca un pueblo sin ley. (JPA)