Futurismo atolondrado
“…No es la tempestad lo que me atormenta,
sino el mareo”
Séneca, Sobre la firmeza del sabio, 2.7. p. 194
1).- Nuestro cíclico devenir
La historia política en México se escribe por sexenios. Desde que presidente o gobernadores (as) llegan al poder, los compromisos, las complicidades y lealtades salen a flote. Ni bien se acomoda el nuevo gobernante y el cobro de favores de campaña, financiamiento, negocios o alianzas, se hacen patentes. Grupos y cofradías, así como los acreedores –de arriba, en medio o abajo- llegan como moscas. Piden posiciones en la estructura gubernamental, cargos de elección popular, obra pública, concesiones, etc. Las peores bajezas se dan en el equipo cercano, que cobra supuestas lealtades. Presumo que el gobernador Salomón Jara tiene que paliar no sólo la inexperiencia e incapacidad político-administrativa; los excesos y malas prácticas de sus cercanos, sino también la presión de la familia, de quienes asumen que ésta es una monarquía constitucional. Léase Noé Jara.
2).- La tentación autoritaria
En 2010, los oaxaqueños nos salvamos de un Maximato al perder la gubernatura Eviel Pérez Magaña, abanderado del PRI. Cercanos al poder en ese entonces, reconocen que el ex gobernador Ulises Ruiz querría emular a Plutarco Elías Calles y manejar el poder estatal tras bambalinas. No nos salvamos en el régimen del ex priísta, hoy converso a Morena, Alejandro Murat. Desde Polanco le movían el tapete, aprovechando su coto en los tres poderes del Estado. En los tres insertó cuñas. El poder público, se decía en los cafés y comederos políticos, era un “triunvirato”. En efecto, devino tres parcelas. El triunfo de Morena vino a romper la continuidad. Parafraseando a Marco Aurelio: “lo que ayer era pompa y poder, será mañana momia y ceniza”. (Meditaciones, Taurus-Great Ideas, México, 2022, Libro IV, p. 49). Lo han repetido los clásicos desde hace siglos: el poder es efímero. Los nombres más celebrados serán pronto vocablos caducos. Por eso quieren prevalecer, aún con la vergüenza a cuestas.
3).- Futurismo atolondrado
En el régimen de la Primavera Oaxaqueña, pese al mensaje de Jara Cruz, se advierten visos de corrupción, futurismo y confort. Muchos (as) que no han superado la “curva del aprendizaje” aprovechan la confianza otorgada para hacer del presupuesto de sus áreas, su peculio y de la austeridad, una ficción. “Vemos, pues, que los que forjan las conjuras suelen ser los que están más cerca del gobernante… y lo hacen para exigir beneficios o por una soterrada ambición”. (Nicolás Maquiavelo, De las conjuras, Taurus-Great Ideas, México, 2012, p. 13). El novel político de Morena, el de la eterna cachucha beisbolera, Antonino Morales, estaría en vísperas de ser ungido como candidato al Senado. Aún nada definitivo. ¿Para qué? Sueña con la gubernatura. Por la reforma legislativa reciente, ya se la cayó la del 2028. Por aquello de que será de dos años. Lo que sorprende es que Jara apenas cumplió un año y los zopilotes ya merodean el cargo.
No se aparta de este esquema la ex titular de la Secretaría de Bienestar, Tequio e Inclusión, Laura Estrada Mauro, aunque es evidente que “ya no le alcanza”. Ya se sabe, para el Senado, será el moderno Cayo Germánico “Calígula” quien valide desde Palacio Nacional. Jara querrá colar a sus favoritos, aunque pende encima la posible reelección de la senadora Susana Harp. ¿Y los otros actores que se han ubicado en las esferas cercanas a AMLO y Claudia Sheinbaum? Y es que, tanto Antonino como Laura, hay que decirlo, están muy lejos de las expectativas que cualquier votante, por más ignorante que sea, requiere de sus candidatos. Es evidente que ya no se premia la experiencia, la capacidad, el carisma, sino que se perfila una vulgar kakistocracia: la elección de los peores. El término se lo debemos a Michelangelo Bovero, discípulo del politólogo italiano e ícono de la Escuela de Turín, Norberto Bobbio.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— Ninguna sorpresa fue la designación de la magistrada de cuño reciente, Berenice Ramírez Jiménez, como presidenta del Tribunal Superior de Justicia. Desde el mes de noviembre en Twitter, anunciamos el intento de la 4T de apropiarse de los poderes judiciales de los estados del país. El esposo de la aludida, Juvenal Carbajal, es Coordinador de Ponencia de la controvertida ministra Jazmín Esquivel Mossa. Y la consigna se consumó. Poco antes, en el Congreso, la cargada de Morena le allanó el camino a la novata magistrada: una reforma para hacer realidad la alternancia de género y la otra, derogar los tres años de experiencia en sala como requisito. Es decir, fue impuesta con la vieja fórmula del fast track. Será tema de la próxima. Consulte nuestra página: www.oaxpress.info y www.facebook.com/oaxpress.oficial Twitter: @nathanoax