Flavio Sosa desesperado. No hay lana

Ante la crisis financiera que vive el gobierno de GABINO CUÉ, algunos de los clásicos vividores de la dádiva gubernamental han enloquecido materialmente. Uno de ellos es FLAVIO SOSA VILLAVICENCIO, a) Don Flavio, como le decía el desaparecido ex Secretario de Gobernación del gobierno de VICENTE FOX, CARLOS ABASCAL CARRANZA o “El Demonio de Tasmania”, como se le conoce vulgarmente. En efecto, el dirigente de ese membrete denominado COMUNA, el mismo que fundó con ARMANDO CONTRERAS CASTILLO, entró en pánico al conocerse la realidad de esta administración, con deudas millonarias y pasivos multimillonarios y “bloqueó” la Ciudad Administrativa de una manera sui generis: con zacate.

No se olvida FLAVIO SOSA de sus orígenes campiranos de San Bartolo Coyotepec, antes de que llegara a los Consejos Comunitarios de Abasto a la Costa oaxaqueña y aprendiera los rudimentos de la falsa lucha social, que al menos a él y a su cómplice, CÉSAR MATEOS BENÍTEZ, les ha rendido muy buenos dividendos. Recientemente el aludido cobró al menos cinco millones de pesos por concepto de “asesoría”, a los comuneros de San Agustín de las Juntas, en el diferendo que tuvieron con la Dirección de Aviación Civil, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), por los terrenos del Aeropuerto. Luego de haberles dado “baje” con esa suma, los comuneros simplemente lo corrieron.

Extrañamente, SOSA VILLAVICENCIO no ha sido citado a declarar por los hechos de Nochixtlán, del pasado 19 de junio, pues su organización, COMUNA, participó activamente en la agresión a la Policía Federal y Estatal, resultado ocho muertos y cerca de doscientos heridos, de los cuales, los únicos que se han victimizado son, precisamente, los miembros de COMUNA, FALP, MAIZ, MULT y otros organismos. En 2006, el aludido fue uno de los que encabezó la asonada en contra del ex gobernador ULISES RUIZ. Pero sólo hace un par de años trascendió que aquel movimiento había sido la puerta de entrada a Oaxaca, de células del crimen organizado. Se ubicó a “don Flavio” de haber recibido financiamiento de la delincuencia.

Hoy, SOSA es asesor ex officio de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), en donde el ombudsman, ARTURO PEIMBERT CALVO, ausente de sus responsabilidades, ha mostrado una actitud realmente parcial en torno a hechos trascendentales como es el caso de Nochixtlán, justo cuando se requería una posición objetiva y sin fijaciones personales. La mano negra de “El Demonio de Tasmania” ha estado presente. Ayer, con una protesta ridícula para obtener la lana que hoy escasea en el gobierno. (JPA)