Elecciones y crispación social
Raúl NATHÁN PÉREZ
1).- Un pueblo más polarizado
Si bien es cierto que el sino oaxaqueño es, históricamente, la confrontación y el embrollo, también es cierto que desde 2006 el encono persiste. No se ha superado. Al contrario, se ha recrudecido. Los maestros no han sido ajenos a ello: han contribuido más que a mejorar la educación a incubar el odio social. Los falsos redentores también. La demagogia pura. Cada elección, cada proceso, cada jornada electoral, es otra vuelta de tuerca. Y ahí siguen con la amenaza en una mano, alargando la otra para el embute y la cita revolucionaria en los labios –parafraseando a Catulo-. En este entorno, la civilidad se ha trastocado en violencia verbal y el proselitismo abierto y llano, devenido “guerra sucia”. Nuestra miseria política es endémica. Esa política de prótesis, como le llamaba Hans Magnus Enzensberger, que consiste en abrirse paso como se pueda, atropellando y humillando. La política de remiendos e improvisación, cuyo logro mayor es sobrevivir. (Migajas políticas, Anagrama, Barcelona, 2002, p. 19). La guerra de lodo, como premisa de la jornada electoral, sólo ha alentado el morbo, el escarnio, la vejación pública. Y las redes sociales han contribuido a polarizar aún más nuestras diferencias, el encono que subyace a flor de piel y la ineluctable condición humana, que se recrea en el rumor, en la intriga y en la complicidad.
2).- Elecciones bajo riesgo
Estamos a una semana de la jornada electoral y el ambiente es denso, sofocante, de incertidumbre. Hay al menos una veintena de municipios cuyas condiciones de paz social son endebles. Comunidades que velan armas. El mapa criminal se ha recrudecido. Juchitán por ejemplo. La inminente presencia del crimen organizado no deja lugar a dudas. Un magisterio doblegado en apariencia, pero amenazante. Movido con propósitos electorales, como vil mercachifle del momento político. La UABJO, en aparente calma luego de un proceso amañado de elegir rector. La reedición de la “Familia Real”. Los hilos del poder sucesorio, detrás de todo ese entramado que puede ser motor de violencia. Y como telón de fondo, una administración pública exhibida y vapuleada. La economía desahuciada, como dijo la organización “México, ¿cómo vamos?”. En educación, salud, vivienda, generación de empleos, inversión, vamos orgullosamente a la cola a nivel nacional. Estamos peor que hace seis años, pero más confrontados; más enconados; más jodidos, pues. ¿Alguien lo podrá negar públicamente? La paradoja, empero, es que algunos medios impresos nacionales mencionan cuentas de miles de millones de pesos, que representan no más que una muestra de un virtual saqueo, infame, burdo y brutal de nuestras miserias.
3).- Llamar a la civilidad y la cordura
Es urgente que partidos, coaliciones y candidatos hagan un llamado a la tolerancia, a la civilidad, a darle vuelta a la hoja. Oaxaca ya no resiste más. Es necesario cesar la “guerra sucia”, la descalificación y la diatriba. Queremos apostarle a un proceso participativo; darle la vuelta al abstencionismo; a la apatía ciudadana. Hacer de la jornada una fiesta cívica y no el circo del rumor, la inconformidad o el litigio mediático. Las elecciones no se ganan en las redes sociales ni en el escarnio del adversario, sino en las urnas. La lista de siete aspirantes se ha decantado. Sólo dos candidatos están en el espectro sucesorio: José Antonio Estefan Garfias y Alejandro Murat, de las coaliciones, “Con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca” (CREO) y “Juntos Hacemos Más”, respectivamente. La decisión está en apostar a un cambio en el estado de cosas o con el panorama tan dramático que hemos vivido, abonarle el voto a la continuidad.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— De no cuidar la estabilidad política y social del estado, la Sección 22 puede generar otro 2006, justo como está ocurriendo hoy en Chiapas. Aquí el EPR; allá el EZLN, moviendo los hilos de la manipulación. Sacerdotes seguidores de la Teología de la Liberación, extranjeros metidos en las ONGs, organismos de derechos humanos financiados con fondos externos, narco-guerrilla y, en Oaxaca, para acabarla de joder, líderes magisteriales siguiendo a sus patronos enquistados en los partidos políticos y promotores de candidatos. La jugada de Rubén Núñez y Chico Villalobos está clara: no moverán un dedo para defender a quienes recibirán sus descuentos y sus notificaciones de ceses, pero eso sí, mucha lana para boicotear el proceso electoral del domingo próximo. Son mercenarios; son mercachifles. Así de simple
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