El mito de la entidad segura
DE PARADOJAS Y UTOPÍAS
RAÚL NATHÁN PÉREZ
1.- La realidad y la ficción
La información que algunos le han dado al gobernador Alejandro Murat, es que en Oaxaca todo está en calma chicha. “Una paz social nunca vista”, decía un encabezado en La Jornada, el 16 de noviembre de 2018. Error. Pese a que en los parámetros nacionales el índice de homicidios dolosos es moderado, el estado dejó de ser el remanso de paz que algún día fue. Obvio, no es imputable sólo a esta administración. La inseguridad se viene arrastrando del pasado. Juchitán, Tuxtepec y los Valles Centrales se han perfilado como las ciudades y regiones más violentas del estado. La semana antepasada fue mortal como pocas. Del 20 al 26 hubo al menos 15 ejecuciones: una dama en Tuxtepec –el presunto asesino ya cayó-; dos primero y luego otros dos en un taller mecánico en Acatlán de Pérez Figueroa; el dueño de un bar en Loma Bonita; el tesorero de Zimatlán de Lázaro Cárdenas; una pareja fue ejecutada en la Cuarta Sección de Ixtaltepec; otra pareja fue encontrada con signos de tortura y ultimada en “El Chocolate”, paraje perteneciente a San Juan Guichicovi y, cuatro personas –dos mujeres y dos hombres- en la Colonia “Unión” en la capital oaxaqueña. La semana pasada abrió con una nueva ejecución y una mujer incinerada en Tuxtepec. En enero, según se publicó en este diario, hubo 81 homicidios dolosos.
2.- ¿Qué está pasando en Oaxaca?
El reacomodo de los cárteles foráneos y locales de la droga; de la operación “cucaracha” –delincuentes que huyen de una entidad y entran a la nuestra, ante el acoso de las autoridades-, de la lucha por “la plaza”; etc., son algunos de los argumentos oficiales. Eso todos los saben o al menos lo intuyen. Que si el Mercado de Abasto; que si los pueblos de la Sierra Sur; que si la competencia por la siembra de amapola; que si el transporte está permeado por el narco; que el lavado de dinero, etc., sin embargo la pregunta es: ¿Y qué carajo hace la Secretaría de Seguridad Pública (SSPO), el área competente, ante este clima de violencia recurrente? ¿Qué hay en materia de prevención o de combate al delito? La respuesta es nada. Es decir, hay quienes no hacen su chamba. Porque dejan hacer y dejar pasar, como el principio liberal de: laissez-faire; laissez-passer, que no ayuda en nada. Es como nadar de muertito. Dejarlo así implica que en breve no haya control o nos convirtamos en un nuevo Veracruz o Guerrero; Tamaulipas o Sinaloa. Nada pues de un estado en paz, porque así lo hacen creer a quien manda, aquellos que no quieren entrarle al toro por los cuernos, por miedo o precaución; complicidad o connivencia.
3.- La justificación de los obtusos
Sin hacer comparaciones ociosas, ahí les va un aide-memoire para los olvidadizos. En el gobierno de Ulises Ruiz (2004-2010), una tríada similar a la que hoy tiene el control de la seguridad pública: Javier Rueda Velásquez, Secretario de Seguridad Pública; Jorge Alberto Quesadas, Comisionado de la Policía Estatal y Alan Loren Peña Argueta de la AEI, inventaron un mito genial: Oaxaca era de las entidades más seguras del país… claro –decía el primero- en comparación con otros estados que tienen mayores índices delictivos. La historia se repite. Lo grave es engañar al gobernador; darle información torcida y tendenciosa. Maquillar los datos. Irse por la suave y hacerle creer un escenario que está muy lejos de ser real. Más de 80 homicidios dolosos en lo que va del año, es decir un mes, incluyendo cerca de 15 asesinatos de mujeres no es para echar las campanas al vuelo ni para pregonar un estado en paz, mucho menos seguro.
4.- La paz de los sepulcros
Resulta contradictorio que por un lado registremos índices inéditos de crecimiento y estén en puerta inversiones millonarias, logradas por el gobernador y por otro, que la inseguridad opaque esos logros. Si bien es cierto que no somos un estado de excepción en esos niveles de violencia, también lo es que algunos no han hecho su chamba. Y el vacío está –insisto- en las tareas de prevención. Un sicario de 22 años de Tuxtepec, refiere una fuente policial, reveló con una frialdad inaudita, haber asesinado al menos a 30 personas. Pero no pasa nada. La muestra de la información torcida que se la da al ejecutivo estatal está en que las estadísticas que le presentan no contemplan el número de homicidios dolosos o ejecuciones, sino pura paja. Y ahí es donde la burra tuerce el rabo.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
Al menos dos de los recientes nombramientos hechos por el ejecutivo estatal, Alejandro Murat: el de Germán Espinosa Santibáñez, como Secretario de Administración y el de Jorge Illescas Delgado, “El Chester”, como Coordinador de Giras, trascendieron desde hace meses. Es decir, no fueron sorpresa, ya se venían perfilando desde antes. Tampoco fue sorpresa el nombramiento de Carlos Melgoza como Secretario Técnico del ejecutivo.
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