El conflicto magisterial en el 2018
Por Samael Hernández Ruiz
La Sección XXII del SNTE (S22) se alista para presionar a los gobiernos tanto estatal y federal, e intenta mejorar las condiciones del control que ejerce sobre los trabajadores de la educación.
Un tema estratégico es la llamada “bilateralidad”, que para la dirigencia significa el control de la estructura administrativa del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO); otro es el control de la capacidad de reacción de los padres de familia, para lo cual no tienen aún una estrategia exitosa.
El Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO) está secuestrado por camarillas que se turnan en la dirección, lo que parece establecer la diferencia con el viejo charrismo sindical es la retórica izquierdista que utilizan y la aparente democracia que se practica, que en realidad oculta una anomalía sistémica en ese sindicato. El hecho es que las demandas que presenta hoy la Sección XXII poco tienen que ver con el bienestar de los trabajadores y mucho de consignas que sólo llevan al enfrentamiento con el gobierno y la parte de la población que no está de acuerdo con sus métodos y el abandono en que tienen a los niños.
En el contexto de una reforma educativa (que se hizo a botepronto para golpear al SNTE de Elba Esther Gordillo y que después fue confeccionándose a la medida del neoliberalismo imperante), pocos recursos de negociación le quedan al gobierno del estado de Oaxaca. En unas notas publicadas en mi blog, presento un diseño de instrumento de negociación y señalo sus límites; dudo que haya otras posibilidades para el gobierno del estado que no sea mediar el conflicto entre el sindicato de maestros y el gobierno federal, y correr el riesgo que Oaxaca sea secuestrado por la S22 para lograr sus fines.
Hay que decirlo con claridad: el IEEPO está agonizando, la reforma educativa le clavó una daga en el pecho y poco pueden hacer sus funcionarios para controlar los daños que podrían producirse en esta jornada de movilizaciones en un ambiente electoral enrarecido.
¿Cómo se puso a la administración de la educación en ese estado? Se hizo cuando fue echada del IEEPO la Sección XXII y sucedió lo que el viejo dicho afirma, se tiró el agua de la tina con todo y niño. En efecto, las autoridades federales y el propio gobernador Gabino Cué, permitieron en 2015 el golpeteo incesante contra los trabajadores de la educación, que terminó integrándolos a una dirección sindical descompuesta para salvar el pellejo y el IEEPO, que era la cabeza que había que salvar, se quedó sin cuerpo, hoy el Instituto es una cabeza sin jinete.
Por su parte, la CNTE y sus principales actores políticos instrumentan su propia estrategia, una centrada en la coyuntura electoral y en la búsqueda de un cambio en la correlación de fuerzas entre un gobierno aparentemente débil que se va, y las fuerzas opositoras emergentes. A diferencia de la Sección XXII, la CNTE optó por una política sin partidos, una política de “oposición desde abajo” y le ha criticado duramente a la Sección 22 su sesgo electorero. Esta diferencia ha tensado la relación entre algunos grupos locales y la CNTE y también entre los grupos al interior de la Sección XXII.
¿Cómo se resolverán estas diferencias? De la manera en como la experiencia lo ha mostrado: radicalizando la movilización y rebasando al oponente por la “izquierda”.
Entre tanto, las fuerzas políticas, o mejor dicho, los frentes políticos se preparan para una lucha feroz por el poder, ojo, no por México y los mexicanos, simplemente por el poder.
Las organizaciones electorales en nuestro país han abandonado su pretensión de ser partidos políticos, para afinar su funcionamiento como simples empresas electorales, donde los principios, programas, ética política etc. poco importan cuando de lo que se trata es de hacerse de votos como sea. Por eso afirmo que la batalla electoral del próximo julio, será simplemente por el poder.
Esas fuerzas en Oaxaca pretenden, unas aliarse con el magisterio, otras, neutralizarlo; ninguna trata de fortalecer y re-encausar su lucha.
La intervención de las empresas electorales en la Sección XXII, se da mediante grupos “radicales” que no son la mayoría del magisterio y que se manejan impresionando a funcionarios inexpertos. Esta intervención opera como catalizador de la lucha al interior de la Sección XXII y se expresa en acciones violentas hacia el exterior.
Una medida adecuada para tratar esta compleja situación de conflicto, es mantener una amplia comunicación con la población y las bases magisteriales, así como con todos los actores políticos al interior del sindicato.
No hay recetas para resolver el conflicto magisterial y mejorar el servicio educativo, hay soluciones, pero requieren de cambios importantes en la política educativa uno de los cuales es el tipo de gobernabilidad del sistema, que debería basarse en el derecho a la educación.