El comentario de hoy, jueves 28 de agosto 2025
El ingenio popular se dio vuelo con el argumento de que de 2018 a 2024, se redujo la pobreza en México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía -INEGI-. Para los creativos, la pobreza sí se ha reducido, pero en la clase política del Movimiento de Regeneración Nacional -Morena-. Y no les hace falta razón. El legado del ex presidente López Obrador de la austeridad republicana y la pobreza franciscana, se ha ido literalmente a la basura.
El enriquecimiento inexplicable o ilícito no es nada nuevo en nuestro país. Siempre lo ha habido en la casta política en México. Aquí en Oaxaca lo hemos visto en los últimos años: transitar de la indigencia a la opulencia no se ve como el uso de dinero ilegal, obtenido por robo, sobornos, tráfico de influencias u otros, sino como una conquista personal de quienes detentan el poder público. En el antiguo régimen a veces se cuidaban las formas. Y aquel que era sorprendido en excesos, de inmediato el superior en jerarquía le exigía la renuncia o, en caso de legisladores, era desaforado.
En los últimos días, medios, plataformas digitales y redes sociales se han dado vuelo publicando fotografías de viajes, comidas o desayunos en costosos restaurantes o de shopping en tiendas de lujo, de algunos íconos de Morena. En su defensa dicen que tienen derecho. ¡Y claro que lo tienen! Lo que se pone en tela de juicio son dos cosas: primero: la sospecha de que los gastos fueron financiados con recursos públicos y, en segundo lugar, dejen ya el discurso de “primero los pobres” o “no mentir, no robar, no traicionar”, mucho más la sobada austeridad.
Pero en el fondo no pasa de la simple denuncia. Al desaparecer los órganos de transparencia y rendición de cuentas, la camarilla en el poder creyó, ingenuamente, que podrían hacer y deshacer a su antojo. No contaban con las filtraciones, los reportes ciudadanos y la investigación periodística que, ante la misma militancia y adversarios, los ha puesto como lazo de cochino. Es el caso de la señora Beatriz Gutiérrez, quien ha revirado con desmentidos, luego de publicaciones españolas y nacionales, de que estaría por pedir su nacionalidad y radicar en una zona de millonarios.
En realidad, el golpeteo mediático no fue por su derecho a irse a vivir a otro país sino la conducta contradictoria de que, estando en el poder con su marido, emplazar a España a ofrecer disculpas por la brutalidad de la conquista hace cinco siglos y ahora pretender conseguir la nacionalidad y vivir en territorio español. Craso error, amenazar de que ahora que entre en funciones la nueva Corte, llevar a juicio a periodistas que, supuestamente, la han calumniado. (JPA)