El comentario de hoy, martes 9 de diciembre 2025
Sin duda alguna, los informes tanto presidenciales como de las gubernaturas, se encuentran claramente establecidos en nuestro marco legal. Cada año, presidente, presidenta o gobernadores deben rendir cuentas de la situación que guarda la administración pública federal o estatal, a cargo del jefe del ejecutivo. Dicho mandato constitucional, sin embargo, se convirtió en moda. Ahora todo mundo quiere informar y para ello despliega un aparato publicitario.
Senadores o diputados federales e, incluso, sus similares de la Legislatura local y presidentes municipales, echan de su ronco pecho, para que los tomen cuenta en los tiempos electorales o, cuando sienten que ya se les acabó el gas y pujan para mantenerse en el ajo político. Por ejemplo, para seguir con la moda del lenguaje inclusivo, ¿nuestras lumbreras que sólo levantan la mano en el Senado o jamás abordan tribuna en el Palacio Legislativo de San Lázaro, de qué carajo van a informar?
Lo hemos dicho en este espacio radiofónico. La simulación es el símbolo de estos tiempos. Tenemos una numerosa bancada. Seis senadores y senadoras: cuatro de Morena y dos del Partido Verde, además de 16 diputados y diputadas federales. En la legislatura local son 42. La aplanadora es del partido en el poder: Morena. Es decir, un estado con tantas carencias y pobreza, tiene un Congreso que, como ya hemos dicho, es uno de los más numerosos, onerosos e improductivos del país.
¿Cuántas iniciativas han presentado? ¿Cuántas veces han abordado tribuna para dar a conocer los grandes desafíos de Oaxaca, en materia económica o social? ¿Qué han propuesto para apoyar los grandes proyectos que se perfilan a nivel federal, en rubros como salud, infraestructura, educación o vivienda? Es lamentable, pero, excepto levantar la mano o hacer grupos o figurar en dimes y diretes políticos, nada hay digno de reconocimiento. Y esto va para todos y todas.
Hay quienes, gracias a su novatez, ignorancia y protagonismo, han caído en las redes de viejos zorros del Poder Legislativo federal y son manipulados a placer. Se asumen estar en las grades ligas de la política nacional y ya ni voltean para acá. Aquí en Oaxaca tenemos cada ejemplar, de pena ajena. Como el legislador que solicitó los servicios de una secretaria a modo con sus pasiones y fue pasto de la crítica en plataformas digitales y redes sociales.
¡Ah, pero no faltan quienes ya piensan en la sucesión gubernamental o en ir a hacer bola en la Ciudad de México! El 2028 les quita el sueño y maniobran, maquinan, elucubran con sus corifeos y achichincles. Pero, nada, absolutamente nada que la ciudadanía oaxaqueña les agradezca o reconozca. (JPA)

