El comentario de hoy, martes 7 de mayo 2023
Estamos a menos de un mes para la jornada electoral, en donde se habrán de elegir presidenta o presidente, senadores, diputados federales, locales y presidentes municipales. Los y las aspirantes a presidir nuestra atomizada nomenclatura municipal que se rige por el sistema de partidos, iniciaron campaña el pasado 30 de abril. Es decir, durante el resto de este mes, continuará la asfixiante publicidad, que inició hace meses con las llamadas “corcholatas”, del Movimiento de Regeneración Nacional.
El tiradero de dinero ha sido infame. Unos porque estaban prácticamente en precampaña, fuera de la ley; otros, para que los y las tomaran en cuenta en su partido. Los espectaculares y el uso de portadas de revistas de política o de vanidades, a todo vapor. Perfectos desconocidos y desconocidas se han publicitado como dijera un escritor: como si fueran detergentes biodegradables o remedio para las agruras. La contaminación visual -como ya hemos comentado- ha sido algo inédito. Extrañamente, los órganos electorales han sido omisos.
Coaliciones, partidos y aspirantes han generado tal hartazgo ciudadano, con ese derroche de recursos, que para nada han generado empatía ciudadana, sino todo lo contrario. Y es que han omitido algo importante: promover la participación de la ciudadanía en las urnas. En Oaxaca, los niveles de abstencionismo han sido preocupantes. Por ello, no es más que un sueño, una utopía, los dos millones de votos que espera obtener Morena en territorio oaxaqueño.
Pero la apatía de quienes buscan afianzarse como partido o cuajar un cargo de elección popular, contrasta con la preocupación de algunos sectores que, desde la sociedad civil, buscan coadyuvar a que el ciudadano acuda a votar. Hay empresarios que han ofrecido estímulos a sus empleados. Que voten por los candidatos y partidos de su preferencia, pero que salgan a emitir su sufragio, sin miedo, sin sobresaltos y con civilidad.
No podemos omitir que, si bien en la entidad no se ha generalizado, existe en algunos estados del país, una grave incertidumbre por la violencia generada por los grupos delictivos. Una treintena de aspirantes asesinados y las renuncias masivas a cargos de elección popular, ante la amenaza y la intimidación criminal, no es para soslayarse. No es fortuito que algunas candidatas y candidatos hayan solicitado medidas de protección. Hay pues, en el ambiente, resabios de temor e incertidumbre.
Lo grave es que el abstencionismo y la poca participación ciudadana, siempre beneficia a los partidos que detentan el poder. Esperamos que en este tiempo que falta, el gobierno federal garantice las condiciones para una jornada electoral participativa, con civilidad y seguridad. Nada hay tan lamentable que un país con miedo, frente al lenguaje ominoso de las armas. (JPA)