Opinión 

El comentario de hoy, martes 20 de febrero 2024

Uno de los graves problemas que padecemos los oaxaqueños, desde tiempos remotos, es la incertidumbre en la tenencia de la tierra. Quien vive en determinado lugar, construye o pretende invertir, se encuentra con una serie de obstáculos ante predios que son comunales o pertenecen a determinado ejido. Y si eso lo tenemos aquí, en las mismas agencias municipales de la capital, cuestión sólo de imaginar el calvario que han pasado quienes han pretendido arriesgar sus capitales, para generar fuentes de empleo y riqueza.

Mucho se habla del gran atractivo que han despertado en inversionistas nacionales y extranjeros, los parques industriales que serán instalados en inmediaciones del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. La pregunta es: ¿Se ha analizado ya la situación de la tenencia de la tierra o, una vez que aquellos hayan invertido, los comuneros se dirán objeto de despojo de sus tierras y apelarán a amparos y litigios en tribunales agrarios?

No es un secreto que las empresas generadoras de energía eólica instaladas en el Istmo, han padecido un infierno de presiones, bloqueos, gritos y sombrerazos de quienes han enarbolado la llamada defensa de la tierra y el territorio. De quienes se asumen depositarios de los pueblos originarios. En ese afán han logrado hasta la expulsión de empresas y otras, han sido obligadas a cambiar de lugar. Ante la incertidumbre en el tema de la propiedad de la tierra, algunos inversionistas han buscado, así, literal, otros aires.

Con la apertura de la carretera a la Costa, ya Puerto Escondido es el nuevo Edén de visitantes locales, nacionales y extranjeros, que viajan por tierra. Sin embargo, dicho destino enfrenta un serio dilema, al estar ubicado prácticamente entre dos municipios: San Pedro Mixtepec y Santa María Colotepec. Es decir, no puede ser comprendido como un todo y el asunto de la tenencia de la tierra es incierto. No se sabe hasta dónde puede ser considerada como pequeña propiedad o comunal.

Y volvemos a lo mismo. ¿Cómo hacer crecer su infraestructura hotelera y de servicios para una afluencia que en poco tiempo rebasará cualquier expectativa, si quienes invierten no tienen certidumbre para sus capitales? A ello hay que agregar añejos problemas que se han ido arrastrando y que no se han resuelto, justamente porque existe confusión en el ámbito de competencias municipales.

Es el caso de la contaminación de las playas, de las que ya dio cuenta hace algunos meses, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios –COFEPRIS-. En dicho reporte, nuestro destino turístico fue uno de los más contaminados en el país. Y ello no es mala publicidad. Es la realidad simple, llana y sin maquillaje. Tarea pues para el gobierno de la Primavera Oaxaqueña. (JPA)

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