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El comentario de hoy, martes 14 de octubre 2025

Esta será la tercera semana en que supervisores y jefes de sector pertenecientes al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca –IEEPO-, han continuado con sus bloqueos a calles y cruceros. Ayer les hizo segunda el sector de mentores indígenas. Han convertido exigencias fuera de la ley, en serio problema para la gobernabildad, para la economía y, sobre todo, para la paz social de los citadinos, hartos de los métodos de los mismos autores.

Según el sempiterno y octogenario ex dirigente de la Sección 22, Erangelio Mendoza González, cuyo cargo es de secretario general “honorario” de los inconformes, exigen claves y sueldo para 103 supervisores y 28 jefes de sector. Los del nivel indígena, por su parte, hablan de 1 mil 500 plazas. La pregunta es: ¿y quién contrató a supervisores y jefes de sector,sin contar con la partida y clave presupuestal? ¿Y de dónde sacan los del nivel indígena que requieren dichas plazas? Estamos ante un caso más de concesiones fuera de la ley, tan comunes en el magisterio oaxaqueño.

Hace unos años, la Secretaría de Educación Pública emitió la instrucción de que los egresados de las escuelas normales de todo el país, para acceder a una plaza docente, deberían hacerlo a través de un examen. Fue como una llamarada de petate. La presión de ese beligerante sector hizo que se diera marcha atrás. El pase automático ya es una realidad. Cada marcha, cada acto vandálico, en su mayoría tienen esa demanda. Plazas seguras aunque no estudien.

Se dijo una y otra vez, que todo aquello que tuviera que ver con plazas y nómina educativa, compete a la Federación, es decir, a la SEP no al IEEPO. Pero se siguen tomando acuerdos y ofreciendo millones de pesos y plazas fuera de norma. Lo que ofende la inteligencia del pueblo oaxaqueño es que esa serie de concesiones y arreglos oscuros se hagan para paliar la perpetua movilización de los grupos aludidos.

Pero a la hora de que se desata el infierno de bloqueos, todo mundo se encoge de hombros. En el IEEPO, empezando por su titular, no dan la cara y están atareados en otras cosas que nada tienen que ver con la responsabilidad que les han otorgado. Se habla de gobernabildad, teniendo como telón de fondo una sociedad secuestrada de manera permanente. De una entidad segura, cuando nadie puede vivir en paz.

En el infierno que vive la ciudadanía acotada y alienada por el chantaje, se cuestiona la falta de voluntad política, primero para recurrir al eterno diálogo y resolver la problemática, y, segundo, la falta de carácter para aplicar la ley. Aunque poco se dice de la incapacidad, inexperiencia y nula vocación de servicio para cumplir con la encomienda que les ha dado el jefe del Ejecutivo Estatal, a funcionarios o servidores públicos inútiles y soberbios. (JPA)

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