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El comentario de hoy, jueves 9 de enero 2025

Hay una pregunta que flota en el ambiente: ¿Qué ha pasado con la llamada “operación enjambre”, que permitió desmantelar una red política y policial en municipios del Estado de México, con nexos evidentes con el crimen organizado? Y es que tal parece que después de sus resultados, aplaudidos por la ciudadanía, entró en un impasse oscuro, pues a la fecha nadie más en el gobierno federal ha hablado del tema.

El pasado primero de enero, en territorio oaxaqueño tomaron posesión al menos 220 presidentes y presidentas municipales. A diferencia de regímenes anteriores, la transición fue sin violencia, sin incidentes qué lamentar. A fines de diciembre trascendió que en algunos municipios tomarán las áreas de seguridad pública, mandos del Ejército y la Armada de México. Sin embargo, por experiencia se sabe, mandos castrenses no siempre son garantía de la mejor estrategia de seguridad.

Hay ediles que han mantenido a la ciudadanía en el fuego cruzado de los grupos delincuenciales. Juchitán de Zaragoza, por ejemplo. Tehuantepec, Salina Cruz, Huajuapan de León y Oaxaca de Juárez no se quedan atrás. La percepción de inseguridad ha sido documentada por diversas instituciones. ¿Cambiarán las cosas con el relevo de autoridades locales? Lo dudo. La delincuencia ha penetrado y se ha enquistado hasta en los municipios más pobres y alejados.

Hace falta pues una buena coordinación entre los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal. Pero sólo la voluntad política de quien manda en el país y del titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, podrán devolverle la tranquilidad a la ciudadanía. Restituir la paz, que hasta hoy ha sido la de los sepulcros. La estrategia de los abrazos y no balazos, fue una farsa que, en el gobierno anterior dejó más de 200 mil muertos y otros tantos desaparecidos.

Ya hemos comentado que se vienen tiempos difíciles para el país, que sólo un obtuso se niega a ver. México está secuestrado por la maña, con diverso maquillaje. Hay servidores públicos que caminan de la mano con los delincuentes. Por ello, el éxito de la “operación enjambre” debe cifrarse en convertirla en una acción permanente de vigilancia a los jefes y corporaciones.   

En Oaxaca de Juárez resultaron preocupantes para la ciudadanía los señalamientos del mismo ejecutivo estatal hacia el ex Coordinador de Seguridad Pública Municipal. Es, por supuesto, una seria advertencia para quien ocupa el mando hoy, con cartas de oficial del Ejército. Esperemos que de 7 de 10 ciudadanos que decían sentirse inseguros en la capital, haya más confianza y la inseguridad no nos siga fustigando. (JPA)

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