Opinión 

El comentario de hoy, jueves 23 de noviembre 2023

Uno de los artículos de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que ha tenido un sinnúmero de reformas, es el 115 constitucional. Aquí se establece el municipio libre, como la base fundamental de la división territorial. Éste será investido dice la Fracción III, de personalidad jurídica propia y podrá administrar libremente su hacienda, de acuerdo a la validación que haga la legislatura local de sus necesidades y apremios.

Nada que ver, con la forma tan ruin en la que han devenido algunos presidentes municipales en la atomizada estructura territorial oaxaqueña. Verdaderos sátrapas, entendido el término como persona que gobierna despótica y arbitrariamente. Se convirtió en escándalo el hecho de que el edil de Santa Cruz Amilpas, Cristian Baruch Castellanos y su cabildo, hayan autorizado el cobro de 40 mil pesos, como multa de tránsito. Es decir, el equivalente a más de 190 salarios mínimos.

Hace unos días, policías municipales de San Jacinto Amilpas, que gobierna la presidenta Gabriela Díaz Pérez dieron la nota. Una joven denunció haber sido víctima de abusos físicos. El video circuló en redes sociales. Otra más: la Suprema Corte de Justicia de la Nación echó atrás la serie de medidas arbitrarias, en materia de multas y sanciones de la alcaldesa de Santo Domingo Tehuantepec, Vilma Martínez Cortés. Se proponía cobrar impuestos hasta a los mendigos. La pregunta es: ¿y no hay quién les ponga un alto?

Ya son parte del anecdotario cotidiano los abusos y atropellos en los municipios de Santa Lucía del Camino o Santa Cruz Xoxocotlán, en los llamados operativos de alcoholímetro. Es decir, los ediles se asumen impunes, haciendo de sus jurisdicciones un feudo. El mismo gobernador Salomón Jara ha hecho llamados a la cordura. Y existen ya carpetas de investigación en la Fiscalía General del Estado.

En el municipio de Oaxaca de Juárez sigue en suspenso la discusión sobre el cambio en el uso del suelo, a propuesta de un par de concejales, para revertir la condición de reserva ecológica del Cerro de “El Crestón”, “El Fortín” y otros. La ciudadanía estará pendiente, pues sería un abuso más que, luego de lucrar con los espacios públicos en beneficio de los bolsillos de regidores y funcionarios, aún se pretenda acabar con los pulmones naturales. Es lamentable que el Congreso del Estado, en tiempos de locura electoral, se haya convertido en una especie de elefante blanco. Con la calentura de brincar al siguiente trienio local o federal, nuestros y nuestras flamantes representantes populares están perdidos. En la conciencia colectiva de los oaxaqueños, urgen medidas disciplinarias para meter al orden a esta caterva de bandidos, investidos por el voto popular. (JPA)

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